Reconocimiento global y presión diplomática

Machado reclama respaldo de Trump tras Nobel y convoca a las democracias: “Es momento de liberar Venezuela”

E P A / R O N A L D P E N A R
María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, agradeció el reconocimiento extendiendo un llamado al presidente Donald Trump y a las naciones democráticas para que apoyen la transición hacia la libertad en Venezuela. En redes, defendió que el premio es un impulso colectivo y lo dedicó al pueblo venezolano, al mismo tiempo que refiere al respaldo estadounidense como clave en esta lucha.

El comité noruego ha otorgado el premio este año a Machado “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. 

Al conocer la noticia, Machado publicó en X un mensaje cargado de simbolismo: “dedico este premio al sufrido pueblo venezolano y al presidente Trump por su decidido apoyo”. Además pidió a Trump y a las democracias del mundo que acompañen a Venezuela en su “conquista de la libertad”.

El Nobel llega en un momento delicado para la oposición venezolana: Machado ha estado en la mira del régimen y fue excluida de competir en las elecciones presidenciales de 2024 por decisiones judiciales. Pese a ello, su liderazgo se ha mantenido como símbolo de resistencia interna y proyección internacional.

 

No es la primera vez que Trump aspiraba al Nobel. Durante semanas previas, su equipo y miembros afines promovieron su candidatura, destacando sus gestiones en el conflicto entre Israel y Hamás. 

La reacción desde la Casa Blanca no se hizo esperar. En particular, el director de comunicaciones, Steven Cheung, arremetió contra el Comité Nobel por “anteponer la política a la paz”, señalando que Trump continuará firmando acuerdos de paz y “moviendo montañas con la fuerza de su voluntad”.

Este enfrentamiento simbólico expone una tensión diplomática: mientras Machado ve en Trump un aliado vital, el gobierno de EE. UU. se siente menospreciado por su exclusión del galardón.

Potencial impacto y riesgos del llamado

1. Reforzamiento moral de la oposición venezolana
El Nobel fortalece la legitimidad de Machado y su discurso. Le da visibilidad frente a regímenes que buscan etiquetar a sus críticos como factores de desestabilización.

2. Presión internacional hacia Maduro
Al consolidarse como figura reconocida globalmente, Machado y sus aliados pueden impulsar sanciones, debates diplomáticos y exigir observación sobre procesos electorales.

3. Dependencia simbólica del respaldo de EE. UU.
El llamado directo a Trump puede ser interpretado como una apuesta fuerte, pero también genera expectativas políticas que pueden volverse riesgosas si Washington no responde con hechos concretos.

4. Escenario de polarización regional
Este reconocimiento puede reforzar la polarización internacional sobre Venezuela. Gobiernos afines al chavismo podrían alzar la voz contra lo que perciben como injerencia extranjera bajo la bandera de la democracia.

Claves que marcarán el paso

  • Asistencia funcional: no basta con el apoyo simbólico; la comunidad internacional deberá actuar con medidas tangibles (sanctions, observación electoral, ayuda humanitaria).

  • Unidad opositora: el premio puede tensar el tejido interno de la oposición si surgen diferencias estratégicas o de liderazgos.

  • Respuesta de Maduro: el régimen probablemente reaccionará con denuncias de “imperialismo” o medidas coercitivas contra líderes disidentes.

  • Expectativas de la población: para muchos venezolanos el Nobel es una luz de esperanza, pero también un punto de referencia para exigir resultados visibles.

 

María Corina Machado ha transformado el Premio Nobel en una plataforma global para su causa. Al convocar a Donald Trump y a las democracias a acompañar el camino hacia la libertad en Venezuela, no solo reivindica un liderazgo interno: proyecta una estrategia internacional. Si las democracias responden en consonancia y con acciones concretas, este galardón podría marcar un antes y un después en la narrativa latinoamericana. Pero si queda en retórica, corre el riesgo de convertirse en un símbolo sin poder efectivo.