Crisis política en Washington

“Necesitamos reabrir el gobierno”: Jeffries presiona al Congreso mientras el cierre amenaza con prolongarse

E P A / J I M L O S C A L Z O
El líder demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, advierte que el cierre administrativo no solo paraliza servicios básicos, sino que debilita la economía y la confianza en la política estadounidense. Mientras tanto, los mercados y la ciudadanía observan con incertidumbre el pulso en Washington.

El cierre del gobierno de Estados Unidos ha entrado en su tercer día y las negociaciones en el Congreso continúan sin ofrecer una salida clara. En este contexto, el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, afirmó en una entrevista en MSNBC que los legisladores están dispuestos a “sentarse de buena fe” para alcanzar un acuerdo, pero subrayó que la prioridad es “reabrir el gobierno” y evitar mayores consecuencias para la ciudadanía. Jeffries fue tajante al rechazar los recortes presupuestarios impulsados por los republicanos más conservadores y defendió la necesidad de proteger servicios clave como la sanidad, la educación y la seguridad social. Al mismo tiempo, aprovechó para lanzar un mensaje directo contra Donald Trump, al que calificó de “desquiciado y poco serio”, en referencia a su influencia sobre los congresistas republicanos y su papel en la crisis actual.

El cierre administrativo —el cuarto más largo desde 1980 si se prolonga hasta la próxima semana— afecta a centenares de miles de empleados públicos, muchos de ellos obligados a trabajar sin cobrar o enviados a casa sin sueldo. Servicios esenciales como el control aéreo, la seguridad alimentaria y la gestión de beneficios sociales se ven ya comprometidos. Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, cada semana de cierre supone una pérdida de más de 6.000 millones de dólares en actividad económica. Las agencias de calificación y el propio Fondo Monetario Internacional han advertido de los riesgos de mantener bloqueadas funciones básicas de la primera economía del mundo. Fitch, que ya rebajó la calificación de la deuda estadounidense en 2023 por la polarización política, alertó este viernes de que la actual parálisis podría erosionar aún más la confianza de los inversores.

El pulso en Washington refleja las profundas divisiones en la política estadounidense. Mientras Jeffries busca proyectar una imagen de responsabilidad institucional, sectores del Partido Republicano vinculados al ala trumpista ven en el cierre una herramienta de presión para imponer recortes de gasto y limitar la agenda de la administración Biden. El presidente, por su parte, ha instado al Congreso a desbloquear el presupuesto temporal y recordó que “millones de familias dependen de un gobierno que funcione”.

En paralelo, los mercados financieros muestran resistencia pero con cautela. El Dow Jones y el S&P 500 lograron leves avances en la jornada del viernes, aunque analistas señalan que la incertidumbre podría escalar si el cierre se prolonga y coincide con la publicación de datos macroeconómicos clave que ahora mismo están en suspenso. El informe mensual de empleo, uno de los termómetros más seguidos por la Reserva Federal, ya ha sido retrasado.

La dimensión política tampoco pasa desapercibida. A un año de las elecciones presidenciales, la imagen de un gobierno paralizado alimenta el discurso populista de Trump y tensiona a los demócratas, que intentan exhibir unidad en torno a Jeffries y al presidente Biden. “El mensaje de fondo es simple: la política partidista no puede estar por encima de la vida de la gente”, remarcó Jeffries en su intervención televisiva.

El fin de semana será clave para determinar si las negociaciones logran al menos un acuerdo temporal. De no ser así, el cierre podría extenderse, con un impacto mayor sobre la economía, los servicios y la credibilidad del sistema político estadounidense. Como concluyen varios analistas en medios especializados, el desenlace no solo marcará la agenda inmediata, sino que también pesará en la campaña electoral que ya se empieza a dibujar en Estados Unidos.