Noruega alerta: Rusia acumula armas nucleares en el Ártico dirigidas a Reino Unido, Canadá y Estados Unidos
El ministro de Defensa de Noruega, Tore Sandvik, advirtió que Rusia está incrementando su arsenal nuclear en la península de Kola, una de las zonas más militarizadas del planeta, con capacidad para apuntar hacia Reino Unido, Canadá y Estados Unidos. Según el funcionario, Vladimir Putin busca consolidar su control sobre el Ártico y bloquear las rutas de suministro de la OTAN en caso de un conflicto armado.
La tensión en el norte de Europa alcanza un nuevo nivel. Noruega ha lanzado una advertencia directa a la OTAN tras detectar un incremento significativo de la presencia militar rusa en la península de Kola, donde Moscú concentra parte de su arsenal nuclear estratégico.
En declaraciones recogidas por The Telegraph, el ministro de Defensa noruego Tore Sandvik aseguró que su país ha observado un aumento inusual de la actividad militar rusa, con pruebas de misiles hipersónicos, torpedos de propulsión nuclear y nuevas ojivas estratégicas.
“Rusia está acumulando armas en la península de Kola, donde se encuentra uno de los mayores arsenales de armas nucleares del mundo. Y esas armas no sólo apuntan hacia Noruega, sino también hacia el Reino Unido y, por encima del Polo, hacia Canadá y los Estados Unidos”, advirtió Sandvik.
El ministro noruego explicó que el Kremlin busca controlar el Ártico como zona estratégica, con el objetivo de bloquear las rutas logísticas y de suministro de los aliados de la OTAN en caso de guerra. “Putin intenta apoderarse de la región donde tiene base su flota del Norte para asegurarse el dominio marítimo del Ártico”, afirmó.
La península de Kola, situada al noroeste de Rusia y fronteriza con Noruega, alberga la mayor concentración de armas nucleares del planeta y es clave para la doctrina de “segundo ataque” del Kremlin: la capacidad de responder a un ataque nuclear con un contraataque devastador.
Sandvik recordó que, pese a las pérdidas militares sufridas por Rusia en Ucrania —estimadas en alrededor de un millón de soldados—, la flota del Norte permanece prácticamente intacta y continúa en expansión. En los dos últimos años, Moscú ha incorporado una nueva fragata y un submarino multifunción, reforzando su capacidad ofensiva.
Entre los sistemas más preocupantes, Noruega destaca el misil hipersónico Tsirkon, capaz de alcanzar velocidades de hasta ocho veces la del sonido, lo que lo hace casi imposible de interceptar. “Los submarinos rusos son hoy el aspecto más peligroso de su poder militar”, señaló Sandvik, subrayando que la vigilancia de esa flota es ahora una prioridad para la OTAN.
“Somos los ojos y los oídos de la Alianza en esta zona. Putin no está interesado en la paz estable con Ucrania. Si puede, volverá. Incluso si se firma un acuerdo, es probable que movilice millones de soldados cerca de la frontera con Finlandia”, advirtió el ministro noruego.
La alerta llega en un contexto de creciente tensión en el espacio aéreo y marítimo del norte europeo, donde en las últimas semanas aviones rusos y globos bielorrusos han provocado máxima alerta en Lituania y Finlandia.
El incremento de actividad en la región ártica refleja una nueva fase de la rivalidad geoestratégica entre Rusia y la OTAN, donde el control del Ártico —rico en recursos naturales y rutas marítimas emergentes— se ha convertido en un eje central de poder.
Para Sandvik, el mensaje es claro: la amenaza nuclear rusa vuelve a crecer, y el Ártico ya no es solo una frontera helada, sino un tablero activo de la disuasión global.