China exige alto el fuego en Gaza y defiende sin ambages la solución de dos Estados
La posición expresada por Guo se alinea con el discurso sostenido por Pekín durante los últimos meses: apoyo a un alto el fuego inmediato y duradero en Gaza, rechazo al desplazamiento forzoso de civiles y defensa de que la gobernanza posconflicto respete el principio de “los palestinos gobernando Palestina”. En reiteradas comparecencias, Exteriores ha remarcado que la única salida “completa, justa y duradera” pasa por aplicar la solución de dos Estados en consonancia con las resoluciones pertinentes de la ONU.
China ha presentado, además, marcos de trabajo para avanzar en ese objetivo. Su enviado especial para Oriente Medio, Zhai Jun, ha defendido en foros internacionales un plan en cuatro puntos que prioriza el alto el fuego, la respuesta humanitaria y la reactivación del proceso político; y Pekín ha respaldado documentos de posición que piden a las partes cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad y consolidar una tregua sostenible sobre la que construir un arreglo político.
En el terreno multilateral, la tensión persiste. La semana pasada el Consejo de Seguridad volvió a fracasar a la hora de sacar adelante una resolución de alto el fuego —con 14 apoyos y veto de Estados Unidos, según el registro de Naciones Unidas y agencias internacionales—, en un contexto que el propio portavoz chino califica de “catástrofe humanitaria” en Gaza. Pekín, que ya votó a favor de iniciativas previas como la resolución 2728 (2024) para un cese de hostilidades, insiste en que es imprescindible reforzar el consenso internacional y descartar cualquier medida unilateral que socave la base de la solución de dos Estados.
El respaldo chino a las aspiraciones nacionales palestinas tiene raíces de larga data. La República Popular reconoció al Estado de Palestina el 20 de noviembre de 1988 y mantiene canales activos con las distintas facciones para favorecer la unidad interna, un factor que Pekín considera clave para la viabilidad institucional de un futuro Estado.
Más allá de las declaraciones, el Ministerio de Exteriores chino ha recalcado recientemente que “Gaza y Cisjordania son territorios inalienables de Palestina” y que cualquier arreglo de gobernanza y reconstrucción deberá respetar la voluntad del pueblo palestino y los parámetros internacionales acordados. Con las principales capitales todavía divididas sobre la vía para un alto el fuego permanente y el acceso humanitario, la presión de Pekín se centra en acumular apoyos para una desescalada inmediata, la protección de civiles y la reactivación de la negociación política.