Rusia intensifica su movilización militar en plena tensión internacional

Putin ordena la conscripción de 135.000 personas más entre octubre y diciembre

Putin ordena la conscripción de 135.000 personas más entre octubre y diciembre EPA/RAMIL SITDIKOV / POOL

El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó una orden ejecutiva que exige la incorporación de 135.000 ciudadanos al servicio militar obligatorio durante el último trimestre del año. La medida apunta a hombres de entre 18 y 30 años y conlleva también la liberación de quienes ya culminaron su año de servicio. La decisión refuerza la apuesta militar de Rusia en un contexto de conflicto persistente y cuestionamientos internacionales.

La firma del decreto presidencial dejó claro que Rusia trasladará su hoja de ruta militar al ámbito interno con una nueva oleada de conscripciones. Según el documento oficial, la campaña se extenderá desde el 1 de octubre hasta el 31 de diciembre de 2025, con el objetivo de alistar a ciudadanos rusos de entre 18 y 30 años que no formen parte de las reservas pero que estén sujetos al servicio militar obligatorio. 

Junto con esta convocatoria, Putin ordenó que los soldados, marineros, suboficiales y demás personal cuya conscripción de 12 meses haya concluido sean dados de baja oficial. De esta manera, se busca reordenar el calendario de servicio y dar continuidad al ciclo anual de movilización.

Aunque el decreto es enfático en su alcance, el vocero militar Vladimir Tsimlyansky —número dos en el organismo de movilización del Estado Mayor ruso— había señalado días atrás que esta nueva ronda de conscripciones no estaría directamente vinculada al conflicto en Ucrania, sino que responde a los requerimientos estructurales de las fuerzas armadas. (Esta afirmación ya se había escuchado en declaraciones previas).

Rusia emplea desde hace tiempo dos campañas de reclutamiento al año —calles de otoño y primavera— para garantizar la entrada constante de nuevos soldados al sistema militar. En 2025, la conscripción de primavera ya apareció como más intensa: se proyectaron hasta 160.000 jóvenes para ser enrolados.

La medida tiene varias aristas políticas y estratégicas. Primero, reafirma la intención del Kremlin de sostener su capacidad militar con el reemplazo permanente de tropas. Segundo, sugiere que la maquinaria militar rusa busca estabilizar sus recursos humanos ante eventuales pérdidas o desgaste. Y tercero, introduce un componente simbólico: una señal de firmeza interna frente a audiencias domésticas y externas.

No obstante, la operación no está exenta de críticas. Existen interrogantes sobre si estos nuevos conscriptos serán enviados a zonas de combate o permanecerán en roles más logísticos o territoriales. La distinción oficial entre movilización ordinaria y movilización para operaciones especiales ha sido una bandera política desde el inicio del conflicto con Ucrania, en un esfuerzo por minimizar las repercusiones internas.

También cobra relevancia cómo se implementarán las convocatorias. Rusia ha ido modificando sus mecanismos de citación: el uso de recursos digitales, del registro militar unificado y de sistemas administrativos permite ejercer presión más fácil sobre quienes evadan la llamada.

En el panorama internacional, la decisión recibirá atención por parte de gobiernos y organismos que monitorean la evolución del conflicto en Europa del Este. Si bien la conscripción en sí no es una novedad en Rusia, su escala y periodicidad reflejan el grado de prioridad que Moscú otorga a mantener un dispositivo militar robusto.