Europa endurece el pulso diplomático

Reino Unido, Francia y Alemania se preparan para reactivar sanciones de la ONU contra Irán

Las potencias europeas ultiman un frente común para sancionar a Teherán por sus incumplimientos en el acuerdo nuclear. Aunque mantienen abierta la vía diplomática, reconocen que solo un “milagro” evitaría el retorno de las medidas punitivas.

Europa se encamina hacia un nuevo punto de inflexión en sus relaciones con Irán. Fuentes diplomáticas confirman que Reino Unido, Francia y Alemania trabajan ya en los preparativos para reactivar sanciones de Naciones Unidas, después de constatar que Teherán ha incumplido reiteradamente sus compromisos en el marco del acuerdo nuclear conocido como JCPOA.

La decisión, que aún no está formalmente adoptada, llega tras meses de advertencias a las autoridades iraníes y de intentos de mantener vivo un acuerdo que nació con el objetivo de limitar el desarrollo nuclear de Irán a cambio del levantamiento de sanciones. Según las mismas fuentes, la paciencia europea se agota y el consenso sobre la necesidad de actuar es cada vez mayor.

Los tres países reconocen que todavía existe un margen estrecho para la diplomacia, y no cierran la puerta a que Teherán dé pasos en las próximas semanas que permitan frenar la reactivación de sanciones. Sin embargo, admiten que el escenario es poco optimista: solo un “milagro diplomático”, en palabras de negociadores europeos, lograría desactivar la medida.

El retorno de las sanciones supondría un duro golpe para Irán, cuya economía continúa debilitada y altamente dependiente de sus exportaciones de petróleo. Además, añadiría un nuevo capítulo a la compleja relación entre Teherán y Occidente, marcada en los últimos años por tensiones crecientes, episodios de enfrentamiento militar indirecto y acusaciones cruzadas de incumplimiento de compromisos.

En este contexto, Europa busca enviar un doble mensaje: firmeza frente a las violaciones del acuerdo nuclear, pero también disposición a negociar si Irán decide rectificar. Una estrategia que refleja tanto la preocupación por la seguridad regional como la necesidad de preservar la credibilidad internacional de los mecanismos multilaterales de control nuclear.

El movimiento, de confirmarse, reconfiguraría además el tablero diplomático internacional, en un momento en que Estados Unidos y sus aliados analizan cómo contener la creciente influencia iraní en Oriente Medio. La vuelta de sanciones de la ONU podría convertirse, así, en el catalizador de una nueva fase de tensión global.