Intensificación de los ataques rusos a instalaciones clave en Ucrania

Rusia ataca instalaciones militares ucranianas con misiles hipersónicos y drones

EPA / AR S EN D Z O D Z A I E V​​​​

El Ministerio de Defensa de Rusia informó el lunes sobre una serie de ataques aéreos y terrestres a instalaciones militares y estratégicas en Ucrania. El objetivo principal de los ataques fue la infraestructura industrial relacionada con la defensa, así como instalaciones de energía, depósitos de almacenamiento y campos de entrenamiento para drones de ataque, ubicados en 148 distritos a lo largo de Ucrania. Los ataques fueron realizados con armas de largo alcance y alta precisión, incluyendo misiles aerobalísticos hipersónicos Kinzhal, conocidos por su velocidad y capacidad para evadir sistemas de defensa.

Los misiles Kinzhal, conocidos por su capacidad para alcanzar velocidades hipersónicas y su habilidad para evadir los sistemas de defensa antimisiles, representan una de las armas más avanzadas en el arsenal ruso. Estos misiles, lanzados desde aviones y plataformas terrestres, han sido objeto de preocupación por su capacidad para realizar maniobras en vuelo, lo que dificulta aún más su interceptación. Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques han tenido como objetivo desestabilizar aún más la infraestructura estratégica de Ucrania, con el fin de debilitar sus capacidades militares y logísticas.

Uno de los principales objetivos de los ataques fue la infraestructura industrial ucraniana relacionada con la defensa. Las empresas de defensa son fundamentales para la producción de armas y equipos militares que abastecen a las fuerzas ucranianas en el conflicto. El Ministerio de Defensa de Rusia destacó que estos ataques eran parte de una estrategia a largo plazo para afectar la capacidad de Ucrania de seguir fabricando y reparando equipo militar.

Además de las instalaciones de defensa, los ataques rusos se dirigieron a las instalaciones de energía de gas, un objetivo estratégico en medio del invierno. La destrucción o daño a estas instalaciones podría afectar el suministro energético del país, lo que a su vez dificultaría la vida de la población civil y las operaciones militares. Las instalaciones de gas son esenciales tanto para la calefacción de los hogares en Ucrania como para el funcionamiento de las industrias y las fuerzas armadas.

Por otro lado, se registraron ataques a los depósitos de almacenamiento y a los campos de entrenamiento de drones de ataque. Los drones, en particular los de tipo Shahed, utilizados por Ucrania, han demostrado ser una de las armas más efectivas contra las fuerzas rusas, permitiendo a Ucrania realizar ataques precisos sobre objetivos estratégicos sin poner en riesgo vidas humanas. Al atacar los campos de entrenamiento de estos drones, Rusia busca reducir la capacidad de Ucrania para usar esta tecnología de manera efectiva en el campo de batalla.

Mientras tanto, Ucrania ha respondido a los ataques con una destacada defensa aérea. El ejército ucraniano informó que durante la noche, sus fuerzas derribaron un total de 115 drones rusos que fueron lanzados en diversas oleadas. Aunque las defensas de Ucrania siguen siendo efectivas en la lucha contra los drones, la constante agresión aérea y terrestre por parte de Rusia pone una presión considerable sobre el ejército ucraniano y sus recursos de defensa.

En un giro adicional al conflicto, las fuerzas ucranianas atacaron también la refinería de Saratov, una instalación clave en la infraestructura energética de Rusia. La refinería de Saratov, que juega un papel crucial en el suministro de combustible a las fuerzas rusas, sufrió daños significativos tras el ataque, lo que podría tener repercusiones en las operaciones militares rusas y en el abastecimiento energético del país. Aunque no se ha confirmado la magnitud exacta de los daños, este ataque subraya la estrategia de Ucrania de golpear las infraestructuras críticas de Rusia, a medida que el conflicto avanza.

Este tipo de ataques, tanto de Rusia como de Ucrania, refleja el grado de escalada del conflicto, en el que ambos países intentan debilitar al otro atacando instalaciones clave. Mientras Rusia busca destruir la capacidad industrial y energética de Ucrania, Ucrania también ha enfocado sus esfuerzos en afectar las capacidades de Rusia, como se vio en el ataque a la refinería de Saratov.

En el ámbito internacional, los esfuerzos diplomáticos continúan, pero la violencia y las tensiones no muestran signos de disminuir. Los ataques rusos a instalaciones civiles y militares ucranianas aumentan la presión sobre los gobiernos internacionales para que intensifiquen el apoyo a Ucrania y refuercen las sanciones contra Rusia. Mientras tanto, la población civil en las zonas afectadas continúa sufriendo los efectos directos del conflicto.