Nueva ofensiva aérea agrava la tensión en el frente oriental

Rusia lanza 119 drones sobre Ucrania en una de las mayores ofensivas nocturnas del mes

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La Fuerza Aérea de Ucrania informó que las tropas rusas lanzaron 119 drones de ataque durante la noche del lunes al martes, en una de las ofensivas aéreas más intensas registradas en las últimas semanas. El ejército ucraniano aseguró haber derribado o neutralizado 53 aparatos, mientras que 59 lograron impactar en distintos puntos del país, causando daños en infraestructuras civiles y energéticas.

Según el comunicado del Estado Mayor ucraniano, los drones fueron lanzados desde las regiones rusas de Kursk, Millerovo, Orel, Bryansk y Gvardiyske, en un ataque coordinado que tuvo como principales objetivos las zonas de Donetsk, Járkov, Dnipró y Odesa. Las fuerzas ucranianas respondieron con una combinación de aviación de combate, misiles antiaéreos, sistemas de guerra electrónica y unidades móviles de fuego, logrando interceptar aproximadamente la mitad de los aparatos.

La intensidad de los ataques demuestra que Rusia sigue utilizando la guerra de desgaste con el uso masivo de drones Shahed y Geran, buscando saturar nuestras defensas y agotar nuestros recursos”, señaló un portavoz militar en un comunicado.

Los impactos confirmados se produjeron en 18 localidades ucranianas, donde varios edificios residenciales, depósitos industriales y líneas eléctricas resultaron dañados. En la región de Odesa, las autoridades informaron de incendios en instalaciones portuarias tras el impacto de varios drones explosivos, aunque no se reportaron víctimas mortales. En Dnipró, al menos tres personas resultaron heridas tras la caída de restos de aparatos interceptados.

Fuentes locales indicaron que los ataques comenzaron poco después de la medianoche y se prolongaron durante más de cinco horas, con alarmas antiaéreas activadas en buena parte del país. Las autoridades instaron a la población a permanecer en refugios hasta pasadas las seis de la mañana, cuando la intensidad de los bombardeos disminuyó.

El comandante de la Fuerza Aérea ucraniana, Mykola Oleshchuk, destacó que el número de drones utilizados “confirma la intención del Kremlin de mantener la presión sobre la infraestructura crítica antes del invierno”, en un momento en que Ucrania refuerza su sistema energético tras los ataques sufridos el año pasado.

Los analistas militares señalan que el uso masivo de drones por parte de Rusia forma parte de una estrategia híbrida que combina desgaste psicológico, sabotaje energético y destrucción selectiva de instalaciones logísticas. Desde el inicio de la guerra, Moscú ha empleado miles de drones Shahed de fabricación iraní, junto con modelos modificados en territorio ruso.

En paralelo, Ucrania ha intensificado su cooperación con socios occidentales para fortalecer su defensa aérea. Estados Unidos, Alemania y otros aliados europeos han suministrado sistemas Patriot, NASAMS y Gepard, además de radares de detección temprana y tecnología antidrones. “La ayuda internacional sigue siendo crucial para mantener la resistencia de nuestras defensas aéreas”, subrayó el Ministerio de Defensa ucraniano en su parte diario.

Las autoridades ucranianas también reconocen que la escalada de ataques busca debilitar la moral civil y militar. Cada nuevo ataque nocturno interrumpe servicios básicos y aumenta la presión sobre las ciudades más próximas a la línea del frente, donde los ciudadanos viven entre apagones y cortes de agua. “El enemigo trata de sembrar el pánico y el cansancio, pero nuestra población ha aprendido a resistir”, afirmó un portavoz del gobierno local en Dnipró.

En las últimas semanas, Rusia ha incrementado el uso de drones de largo alcance y bajo costo para sustituir los misiles guiados de precisión, más caros y difíciles de reponer debido a las sanciones internacionales. Los expertos consideran que esta táctica busca mantener una ofensiva constante sin agotar su arsenal estratégico, mientras Moscú continúa modernizando su industria militar.

La Unión Europea condenó los nuevos ataques, calificándolos de “violación sistemática del derecho internacional humanitario”. En un comunicado, el Alto Representante Josep Borrell afirmó que la ofensiva “demuestra la voluntad de Rusia de prolongar el conflicto a cualquier costo humano y material”, y reiteró el compromiso de los países europeos de “seguir apoyando a Ucrania con armamento y asistencia técnica”.

Por ahora, las autoridades ucranianas no han informado de víctimas mortales, aunque los equipos de emergencia siguen evaluando los daños materiales. El Ministerio del Interior confirmó que más de 300 rescatistas permanecen desplegados en tareas de limpieza y asistencia humanitaria en las zonas más afectadas.

Cada ataque que resistimos demuestra que no nos rendiremos, ni en el frente ni en las ciudades”, declaró el portavoz presidencial Serhii Nykyforov, subrayando que Ucrania seguirá “adaptándose y aprendiendo” ante una guerra que ha entrado en su tercer invierno consecutivo.