Encuentro bilateral en el marco del foro APEC

conversaciones de Xi Jinping: Takaichi aboga por la estabilidad regional

EPA / YONHAP​​​​​​​
La primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, y el presidente chino, Xi Jinping, se reunieron en San Francisco durante la cumbre de APEC para abordar las tensiones en el Mar de China Oriental, las relaciones con Taiwán y las restricciones comerciales entre ambos países.
 

La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, mantuvo este viernes un esperado encuentro con el presidente de China, Xi Jinping, al margen de la cumbre de la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), celebrada en San Francisco. La reunión, la primera entre ambos líderes desde que Takaichi asumió el cargo, se produjo en un momento clave para la región, marcada por tensiones geopolíticas, disputas comerciales y la necesidad de reactivar los canales diplomáticos entre Tokio y Pekín.

Según informó la mandataria japonesa tras el encuentro, la conversación se centró en la estabilidad regional y la importancia del diálogo bilateral para evitar una escalada en el Mar de China Oriental, donde los movimientos de la Guardia Costera china han generado inquietud en Tokio. “Le transmití al presidente Xi nuestra profunda preocupación por las actividades de China en la zona, que deben ajustarse al derecho internacional y a las normas de convivencia pacífica”, declaró Takaichi ante la prensa.

El Mar de China Oriental es uno de los puntos más sensibles de la relación entre ambos países. Japón administra las islas Senkaku, reclamadas por Pekín bajo el nombre de Diaoyu, lo que ha sido fuente constante de roces diplomáticos y maniobras militares. En este contexto, Takaichi hizo hincapié en la necesidad de mantener una comunicación directa y transparente para prevenir incidentes y fortalecer la confianza mutua.

Otro de los temas destacados fue Taiwán, cuyo papel en la estabilidad del Indo-Pacífico fue subrayado por la primera ministra. Takaichi destacó “la importancia de que China mantenga una relación pacífica y estable con Taiwán”, señalando que cualquier tensión en el estrecho podría tener consecuencias directas en la seguridad y la economía regional. Sus declaraciones reflejan la preocupación de Japón ante un posible conflicto que afectaría las rutas comerciales y la cadena global de suministro.

Durante la reunión también se abordaron los recientes controles a las exportaciones de tierras raras impuestos por Pekín, un recurso esencial para la industria tecnológica japonesa. Las tierras raras son materiales estratégicos utilizados en la fabricación de semiconductores, baterías, turbinas eólicas y dispositivos electrónicos, sectores en los que Japón depende en gran medida de las importaciones chinas. Takaichi solicitó a Xi que se reconsideren estas restricciones, advirtiendo de su impacto sobre la competitividad industrial global.

La líder japonesa aprovechó la ocasión para pedir a China el levantamiento de la prohibición sobre las importaciones de carne de res y mariscos procedentes de Japón, impuesta tras el vertido controlado de aguas tratadas de la central nuclear de Fukushima. “Japón ha cumplido con los más altos estándares internacionales de seguridad”, subrayó Takaichi, insistiendo en que las medidas de Pekín carecen de fundamento científico y afectan innecesariamente al comercio bilateral.

Por su parte, Xi Jinping reconoció la necesidad de “mantener el respeto mutuo y el diálogo constructivo” entre ambos países, según informaron fuentes chinas. Pekín destacó la importancia de separar las diferencias políticas de la cooperación económica, subrayando que China y Japón “comparten responsabilidades comunes en la prosperidad de Asia”.

El encuentro, de aproximadamente una hora, fue calificado por analistas como un paso prudente pero significativo hacia la distensión diplomática. Tras años de tensiones acumuladas, la cita en el marco de APEC representa un intento de reconstruir la confianza entre dos de las economías más poderosas del mundo. Tanto Tokio como Pekín reconocen que su interdependencia económica es demasiado profunda como para permitir un deterioro mayor de las relaciones.

A pesar de las diferencias geopolíticas, ambos líderes coincidieron en la necesidad de mantener un diálogo estable que promueva el comercio, la inversión y la cooperación tecnológica. Con esta reunión, Japón busca reafirmar su papel como actor clave en el equilibrio regional, mientras China intenta proyectar una imagen de apertura y diplomacia tras meses de presión internacional.

En un momento en que la región Asia-Pacífico se enfrenta a desafíos globales —desde la seguridad marítima hasta la transición energética—, el encuentro entre Takaichi y Xi simboliza un esfuerzo por redefinir el equilibrio de poder sin romper los puentes del diálogo.