Trump y Carney podrían firmar un acuerdo sobre acero, aluminio y energía en la cumbre de la APEC

Estados Unidos y Canadá avanzan hacia un nuevo pacto comercial

El acuerdo comercial entre Estados Unidos y Canadá podría estar listo para la cumbre de la APEC - EPA / SHAWN EL NUEVO​​​​​​​​
Estados Unidos y Canadá ultiman un acuerdo comercial centrado en acero, aluminio y energía que podría firmarse durante la cumbre de la APEC en Corea del Sur. Aunque hay avances, aún existen diferencias en sectores clave como automóviles y madera blanda.

El equilibrio comercial entre Estados Unidos y Canadá podría estar a punto de redefinirse. Según el medio canadiense The Globe and Mail, ambos países están preparando un acuerdo que abarcaría los sectores del acero, el aluminio y la energía, con la posibilidad de firmarlo durante la próxima cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que se celebrará del 31 de octubre al 1 de noviembre en Corea del Sur.

En las últimas semanas, las negociaciones han avanzado especialmente en torno a los aranceles sobre el acero y el aluminio, materias que durante años han sido motivo de tensión entre ambas economías. Sin embargo, los puntos más sensibles, como el comercio de automóviles y la madera blanda, siguen sin resolverse. Estos sectores representan no solo una parte crucial de las exportaciones canadienses, sino también un ámbito estratégico para la industria estadounidense.

El informe destaca que el acuerdo no incluiría los llamados “minerales críticos”, recursos esenciales en la fabricación de tecnología y energías limpias. Esta exclusión reflejaría la intención de Washington de mantener un mayor control sobre los materiales estratégicos en un contexto global marcado por la competencia con China.

El presidente Donald Trump afirmó que Canadá “quedará muy satisfecho” con el pacto y aseguró que su administración tratará a su vecino del norte de manera “justa”. Por su parte, el primer ministro Mark Carney busca garantizar un equilibrio que proteja el empleo y la competitividad de las empresas canadienses.

De concretarse, este acuerdo supondría un paso significativo hacia la normalización de las relaciones comerciales entre ambos países, fortaleciendo el bloque norteamericano en un escenario económico internacional cada vez más competitivo. Además, marcaría un cambio de rumbo hacia una política más cooperativa y pragmática por parte de Estados Unidos, tras años de tensiones en materia de comercio exterior.