Geopolítica en movimiento

Trump y Putin: una cumbre que podría redefinir el tablero global

 El analista Alfredo Jalife-Rahme anticipa que el encuentro entre el expresidente estadounidense y el líder ruso podría marcar un giro decisivo en la guerra de Ucrania, con implicaciones directas para el orden mundial, el comercio energético y la hegemonía del dólar.

La próxima reunión entre Donald Trump y Vladímir Putin se perfila como un momento clave en la política internacional. Según Alfredo Jalife-Rahme, analista geopolítico, este encuentro no solo podría acelerar el desenlace de la guerra en Ucrania, sino también sentar las bases de un nuevo equilibrio global.

Uno de los puntos más comentados es la versión contradictoria sobre quién dio el primer paso para la reunión. Mientras la secretaria de prensa de Trump, Karoline Leavitt, asegura que fue Putin quien solicitó el encuentro, el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, sostiene lo contrario. Más allá de este detalle, Jalife-Rahme subraya que la reunión es el reflejo de una necesidad mutua de redefinir posiciones estratégicas.

En el caso de Ucrania, el analista considera que el presidente Volodímir Zelenski se ha convertido en una “papa caliente” para Estados Unidos, con un papel cada vez menos relevante en las negociaciones. El futuro del mandatario, según Jalife-Rahme, estará condicionado por los acuerdos que Trump y Putin puedan alcanzar a puerta cerrada.

Entre los rumores que rodean la cumbre, se habla de una propuesta secreta de Trump que incluiría un alto el fuego inmediato, el reconocimiento de los territorios ocupados por Rusia, la eliminación de sanciones y el regreso del petróleo y gas rusos al mercado global. Sin embargo, este acuerdo no implicaría frenar la expansión de la OTAN, una cuestión que seguiría generando fricciones con Moscú.

El encuentro también abriría un capítulo clave en la geoeconomía: la creciente influencia de los BRICS y el avance de la desdolarización. Jalife-Rahme advierte que este proceso ya es motivo de preocupación para Washington, al desafiar el papel central del dólar en el comercio internacional.

Otro frente de interés es el Ártico. Rusia y Estados Unidos podrían explorar inversiones conjuntas en tierras raras y otros recursos estratégicos de la región, un paso que, de concretarse, tendría un impacto significativo en las cadenas de suministro y en el mercado tecnológico. Asimismo, el levantamiento de las sanciones secundarias a Rusia abriría la puerta al regreso del petróleo ruso a la oferta mundial, con efectos directos sobre los precios de la energía y la inflación.

La reunión entre Trump y Putin, en definitiva, no solo tiene implicaciones diplomáticas y militares. También podría reconfigurar los flujos comerciales, el mapa energético y las reglas de juego de la economía global.