Trump tira de freno sobre la paz en Ucrania: “no lo creáis hasta verlo, pero algo bueno podría estar pasando”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha pedido cautela ante las informaciones sobre un gran avance en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, aunque ha dejado caer que “algo bueno podría estar pasando”. Sus palabras contrastan con el tono mucho más optimista de su secretario de Estado, Marco Rubio, que ha descrito las reuniones de Ginebra como “las más productivas y significativas” hasta la fecha. El resultado es una mezcla de esperanza y escepticismo en torno al plan de paz que Washington quiere llevar al Kremlin.
Un mensaje calculado en Truth Social
En un mensaje publicado en Truth Social, Trump se preguntó si de verdad se está logrando “un gran progreso” en las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, para inmediatamente advertir a sus seguidores que no lo crean “hasta verlo”, aunque añadió que “algo bueno podría estar pasando”. El presidente combina así dos ideas en apariencia contradictorias: rebajar las expectativas públicas y, al mismo tiempo, atribuirse el mérito de un posible avance si las negociaciones cristalizan en un acuerdo.
El mensaje llega después de días de filtraciones y declaraciones cruzadas sobre el plan de paz liderado por Estados Unidos, un documento con múltiples puntos que busca fijar un marco para el fin de la guerra y que Washington ha ido ajustando tras escuchar las objeciones de Kiev y de sus socios europeos.
Rubio habla de “tremendos avances” en Ginebra
Mientras Trump pide no dar nada por hecho, Marco Rubio ha optado por un tono mucho más directo. Desde Ginebra, donde se han reunido delegaciones de Estados Unidos, Ucrania y varios socios europeos, el secretario de Estado ha hablado de un “tremendo progreso” y de las reuniones “más productivas y significativas” de todo el proceso de paz. Aun así, ha admitido que “todavía queda trabajo por hacer” antes de que el borrador final pueda presentarse a Rusia.
Según las crónicas diplomáticas, las partes han avanzado en un marco revisado que intenta acercar posiciones entre las exigencias de seguridad de Ucrania y los límites que Washington y sus aliados consideran asumibles sin aceptar concesiones excesivas a Moscú. La clave ahora es doble: cerrar los detalles técnicos y comprobar si el Kremlin está dispuesto siquiera a considerar el texto como base de negociación.
Entre la esperanza y el escepticismo
El contraste entre la prudencia pública de Trump y el optimismo de su propio secretario de Estado refleja la delicadeza del momento. Por un lado, la Casa Blanca quiere mostrar que está liderando un esfuerzo real para cerrar la guerra. Por otro, es consciente de que cualquier celebración prematura puede volverse en su contra si Moscú rechaza el plan o si la opinión pública ucraniana percibe el acuerdo como una rendición encubierta.
En Kiev, el presidente Volodímir Zelenski y su equipo han descrito las conversaciones como “sustantivas” y reconocen que se han reducido algunas brechas, pero insisten en que no aceptarán un marco que consolide pérdidas territoriales o deje al país desprotegido ante futuras agresiones. En paralelo, los aliados europeos discuten propuestas propias para reforzar las garantías de seguridad a largo plazo, evitando que el eventual acuerdo quede en un alto el fuego frágil.
El peso político de cada palabra
Asimismo, las palabras de Trump tienen una lectura política interna. Si el plan de paz prospera, el presidente podrá decir que ya anticipaba que “algo bueno” estaba en marcha, pero que él fue el primero en advertir contra el triunfalismo. Y si el proceso se encalla, podrá alegar que nunca prometió un éxito inmediato y culpar a Rusia, a Ucrania o incluso a los aliados europeos de haber bloqueado la salida.
Mientras tanto, los mercados y las capitales europeas leen cada declaración como una pista sobre la duración del conflicto, la presión sobre los presupuestos de defensa y la estabilidad energética. La sensación, de momento, es que el proceso se mueve, pero aún no ha cruzado el punto de no retorno hacia la paz.