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Humillando a los lideres: Trump sorprende con un cambio inesperado en la política de Estados Unidos hacia Venezuela

La influencia de Trump en la política venezolana y el panorama geopolítico actual.

Expertos analizan la estrategia de Donald Trump hacia Venezuela, destacando las implicaciones tanto para la región latinoamericana como para el orden global, con especial foco en la posible caída de Maduro y la transformación del poder estadounidense en el escenario internacional.

En la mesa de análisis de Negocios TV, Luis Rodrigo De Castro, profesor de Derecho Internacional, dibuja un escenario incómodo: Donald Trump sería la “conjunción perfecta” para actuar en Venezuela precisamente porque se mueve, en gran medida, al margen de las formas clásicas del derecho internacional.
Su idea es directa: cuando la Casa Blanca etiqueta a Venezuela como narcodictadura ligada al fentanilo, no solo construye un relato, sino un marco jurídico-político que puede justificar casi cualquier tipo de intervención.

Bajo esta lógica, el régimen de Nicolás Maduro no sería solo un problema interno venezolano, sino una amenaza directa a la salud pública y la seguridad de Estados Unidos. De Castro llega a plantear incluso el escenario de un “retiro dorado” de Maduro en Cuba junto a su entorno, como desenlace relativamente ordenado de una presión máxima por parte de Washington.

Marco Rubio, el “acelerador” de la nueva línea dura

En este diseño, Marco Rubio aparece como una figura clave. El senador lleva años defendiendo una línea dura frente al chavismo y, según el análisis de Negocios TV, actúa como motor político de una estrategia mucho más agresiva de la que EE. UU. ha aplicado en otras etapas.

Su influencia empuja hacia una política exterior menos contenida y más dispuesta a probar los límites: sanciones más duras, cerco financiero, presión militar indirecta y apoyo abierto a la oposición venezolana. La gran incógnita es si esta dinámica se quedará en el plano retórico o si desembocará en un movimiento de fuerza que marque un antes y un después en la relación de Washington con Latinoamérica.

Venezuela como aviso a navegantes para toda Latinoamérica

El profesor Carlos Teissier, del Instituto de Estudios Bursátiles, amplía el foco: Venezuela no es solo Venezuela. Es también un mensaje al resto de populismos de la región. Si Estados Unidos actúa con contundencia y logra forzar la salida de Maduro, el aviso para otros gobiernos de corte similar sería evidente.
Por el contrario, si Trump amaga pero no ejecuta, ese retroceso podría interpretarse como debilidad estratégica, reforzando la idea de que la potencia estadounidense ya no es capaz de imponer líneas rojas claras en su antiguo “patio trasero”.

Teissier recalca, además, que la permanencia de Maduro —al que considera completamente ilegítimo— se traduce en “retrocesos tremendos” en materia de derechos, seguridad jurídica y estabilidad económica. De ahí que el desenlace venezolano pueda convertirse en termómetro de la salud democrática de toda la región.

El fin del mundo unipolar y la Monroe 2.0

El analista Carlos Mamani añade la capa global: lo que está ocurriendo en Venezuela no puede entenderse sin el declive del orden unipolar liberal dominado por EE. UU. durante décadas.
Hoy, potencias como Rusia, China e India ocupan espacios que antes Washington daba casi por descontados, y América Latina se convierte en un tablero crucial de esta competición.

Según Mamani, estamos viendo un repliegue estratégico de EE. UU. hacia su esfera de influencia más tradicional, en una suerte de “Doctrina Monroe 2.0”: menos ambiciones globalistas, más foco en asegurar el control político, energético y militar del hemisferio occidental.

En ese contexto, Europa aparece como un “gigante comercial” pero con poca soberanía militar y política, lo que limita su capacidad de influir en el desenlace venezolano o de ofrecer una alternativa real al binomio Washington-Pekín.

¿Operación quirúrgica o episodio más de la guerra de nervios?

El diagnóstico que se desprende del debate en Negocios TV es claro:

  • Trump tiene el marco narrativo (narcodictadura, fentanilo, crisis humanitaria).

  • Tiene aliados políticos internos, como Marco Rubio, que empujan a la acción.

  • Y tiene un entorno internacional donde Venezuela es pieza clave en la disputa con Rusia y China.

La gran pregunta es si todo esto desembocará en una intervención de facto —sea militar, híbrida o mediante operaciones encubiertas— o si quedará como otra campaña de presión extrema en un mundo donde la hegemonía estadounidense ya no es incuestionable.

Entre tanto, Venezuela sigue siendo escenario de una triple batalla: la de su pueblo por recuperar la democracia, la de Washington por mantener su influencia y la de las potencias emergentes por ganar terreno en el corazón del Caribe.