Conflicto en Ucrania

Ucrania acusa a Rusia de cortar la energía en la planta nuclear de Zaporizhia y alerta de riesgo de catástrofe

E P A / L E S Z E K S Z Y M A N S K I
El ministro de Exteriores Andrii Sybiha denunció que Moscú desconectó deliberadamente la central ocupada para probar su reconexión a la red rusa. Kiev advierte de que reactivar un reactor sin supervisión ni condiciones seguras podría tener consecuencias imprevisibles.

La guerra en Ucrania entra en un terreno cada vez más peligroso. El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, afirmó este jueves que Rusia cortó de forma “deliberada” la energía a la planta nuclear de Zaporizhia, la más grande de Europa, situada en territorio ocupado desde marzo de 2022.

“Esta fue una desconexión manual realizada a modo de prueba mientras Rusia se prepara para reconectar la central a su propia red eléctrica”, denunció Sybiha en la red X. Según el diplomático, Moscú planea reiniciar uno de los reactores sin garantías de refrigeración adecuada, sin licencia internacional y sin supervisión de organismos reguladores. “Una acción imprudente que solo sirve para que Putin exhiba su control”, subrayó.

La acusación se suma a la preocupación expresada anteriormente por el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien acusó al Kremlin de bloquear las reparaciones necesarias en las líneas eléctricas dañadas por bombardeos rusos. Para Kiev, estas acciones incrementan el riesgo de un accidente nuclear de gran magnitud que afectaría no solo a Ucrania, sino a toda Europa.

La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha alertado en repetidas ocasiones sobre la vulnerabilidad de la central de Zaporizhia, que ha quedado en medio de los combates. Su director general, Rafael Grossi, ha insistido en que la planta debe contar con un suministro eléctrico estable para garantizar la seguridad de los sistemas de refrigeración, esenciales para evitar un sobrecalentamiento del combustible nuclear.

Desde el inicio de la ocupación, los trabajadores ucranianos de la central han seguido operando bajo supervisión rusa, en un clima de fuerte presión. Organismos internacionales han advertido de que cualquier intento de manipular el funcionamiento de los reactores sin condiciones adecuadas podría provocar un escenario comparable al de Chernóbil o Fukushima.

Para Moscú, integrar Zaporizhia en su propia red eléctrica es parte de la estrategia para consolidar el control de los territorios ocupados. Rusia ha declarado la anexión de la región de Zaporiyia, aunque esta no ha sido reconocida internacionalmente, y busca mostrar autonomía energética frente a las sanciones occidentales.

Las denuncias de Sybiha y Zelensky se producen en un contexto de recrudecimiento de los combates en el este y sur de Ucrania, donde las tropas rusas han intensificado los ataques a infraestructuras críticas. Kiev teme que la central nuclear se convierta en un instrumento de presión política y militar en manos del Kremlin.

La Unión Europea reaccionó con preocupación a la denuncia ucraniana. Altos representantes comunitarios recordaron que cualquier alteración en la seguridad de Zaporizhia tendría repercusiones directas sobre el continente. “La energía no puede convertirse en un arma de guerra cuando se trata de instalaciones nucleares”, señaló un portavoz de la Comisión Europea.

Mientras tanto, expertos en seguridad nuclear subrayan que los reactores de la planta están actualmente en estado de parada fría, lo que reduce el riesgo inmediato de un accidente, pero advierten que la falta de electricidad para los sistemas de refrigeración o cualquier intento de reactivación sin condiciones adecuadas puede desencadenar un desastre.

El futuro de Zaporizhia, convertida en rehén del conflicto, refleja hasta qué punto la guerra en Ucrania amenaza con trascender el plano militar para convertirse en una crisis de seguridad global. La advertencia de Kiev busca movilizar a la comunidad internacional antes de que sea demasiado tarde.