Bruselas y Washington firman un principio de acuerdo histórico para reforzar la cooperación económica

La Unión Europea comprará 750.000 millones en energía de EE.UU. y elimina aranceles industriales

La Comisión Europea ha anunciado un plan de adquisiciones energéticas a Estados Unidos por valor de 750.000 millones de dólares hasta 2028, junto a una inversión adicional de 40.000 millones en chips de inteligencia artificial. El acuerdo marca un giro en las tensiones comerciales y sella un marco conjunto que apunta a reforzar la seguridad energética y tecnológica de Europa.

La Unión Europea y Estados Unidos han dado un paso clave para alejarse de la guerra comercial que durante años ha tensado sus relaciones económicas. Bruselas acaba de confirmar un acuerdo con Washington que contempla la compra de 750.000 millones de dólares en productos energéticos estadounidenses hasta 2028, además de una inversión mínima de 40.000 millones de dólares en semiconductores de inteligencia artificial.

El anuncio llega acompañado de una declaración conjunta sobre el marco comercial, en la que ambas potencias detallan los términos de un pacto que busca estabilidad y previsibilidad en el intercambio transatlántico. Entre las medidas más destacadas, la Unión Europea se compromete a eliminar todos los aranceles sobre productos industriales estadounidenses, mientras que Estados Unidos aplicará, a partir del próximo 1 de septiembre, un arancel del 15% o el de nación más favorecida (el que sea mayor) únicamente sobre aeronaves, sus componentes y los productos farmacéuticos genéricos procedentes de la UE.

Este principio de acuerdo también refleja la voluntad común de proteger los mercados de acero y aluminio frente al exceso de producción global, asegurar las cadenas de suministro críticas y abordar las llamadas “barreras comerciales digitales injustificadas”, en un contexto en el que la digitalización y la soberanía tecnológica marcan la agenda.

Un aspecto relevante es que Bruselas ha confirmado que no impondrá tarifas por el uso de la red, un gesto interpretado como una señal de confianza hacia las empresas tecnológicas estadounidenses y un incentivo para la inversión mutua.

Con este movimiento, tanto la Unión Europea como Estados Unidos envían un mensaje claro: más allá de las tensiones pasadas, existe la determinación de sentarse a la mesa para acordar posturas conjuntas que refuercen sus economías, garanticen la seguridad energética y promuevan la innovación tecnológica. Un pacto que, de materializarse en su totalidad, podría redefinir el equilibrio comercial global en los próximos años.