Escalada de tensiones en el Caribe

Venezuela responde a Trump: “Estamos listos para cualquier ataque de Estados Unidos”

El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, asegura que Caracas está preparada para un escenario bélico tras el despliegue de fuerzas navales ordenado por Washington. El gobierno de Maduro refuerza su presencia militar en fronteras marítimas y terrestres.

Las tensiones entre Caracas y Washington han vuelto a escalar con la declaración del ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, quien este domingo aseguró que el país está preparado para enfrentar “cualquier ataque” proveniente de Estados Unidos.

Las palabras del alto mando militar se producen tras la decisión del expresidente Donald Trump de reforzar la presencia de fuerzas navales estadounidenses en el Caribe, bajo el argumento de intensificar las operaciones contra los cárteles de la droga. Un movimiento que, según Venezuela, encubre objetivos políticos con el fin de presionar al gobierno de Nicolás Maduro y erosionar su control sobre el poder.

“Lucharemos si se atreven a poner un pie en Venezuela”, afirmó Padrino con un tono desafiante, al tiempo que acusó a Washington de promover la desestabilización regional y preparar un escenario de confrontación directa.

La respuesta del gobierno no se limitó a lo verbal. Las fuerzas armadas venezolanas han reforzado la vigilancia en las fronteras marítimas y aéreas, y desplegaron 15.000 soldados en la frontera occidental con Colombia, en lo que describieron como una maniobra de “defensa preventiva”. Esta demostración de fuerza busca enviar un mensaje claro tanto a Estados Unidos como a sus aliados en la región.

La confrontación diplomática y militar entre Caracas y Washington no es nueva, pero adquiere un cariz más crítico en un momento en que Venezuela intenta resistir las presiones internacionales y consolidar el poder interno de Maduro. Analistas advierten que la estrategia de mostrar músculo militar responde también a la necesidad del chavismo de reforzar su narrativa de soberanía y resistencia frente a una amenaza externa.

El Caribe vuelve así a convertirse en epicentro de un pulso geopolítico en el que Venezuela busca proyectar fortaleza y Estados Unidos pretende mantener su influencia estratégica. Lo que ocurra en las próximas semanas marcará el rumbo de una relación que parece cada vez más definida por la confrontación.