Europa acelera su estrategia militar en medio de crecientes tensiones con Rusia

Von der Leyen anuncia planes “precisos” para enviar tropas a Ucrania y Alemania admite que salvó a la OTAN

La presidenta de la Comisión Europea confirma que Bruselas prepara un plan detallado para el despliegue militar, mientras el canciller alemán Friedrich Merz reconoce que el endeudamiento extraordinario de Berlín evitó la fractura de la Alianza Atlántica.

Europa vive una escalada en su compromiso militar con Ucrania. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha confirmado que la UE elabora planes “precisos” para el envío de tropas al frente, un paso que hasta hace pocos meses parecía impensable y que marca un giro histórico en la política de defensa comunitaria.

La declaración se produce en un contexto en el que Alemania ha reconocido el papel clave que ha jugado en la supervivencia de la OTAN. El canciller alemán, Friedrich Merz, explicó en una entrevista con la cadena ZDF que su Gobierno tomó la decisión de modificar la Constitución y elevar el endeudamiento público para financiar un aumento sustancial del gasto militar. Según Merz, el compromiso de destinar un 3,5 % del PIB a defensa, más un 1,5 % a infraestructura, fue determinante para mantener cohesionada a la Alianza Atlántica.

“Básicamente, hemos podido preservar la OTAN con nuestra decisión. Si no hubiéramos dado ese paso, la Alianza probablemente se habría desintegrado aquel día en la cumbre de La Haya”, afirmó Merz, subrayando la magnitud de la apuesta alemana.

El líder germano reconoció, no obstante, que esta estrategia contradice sus promesas de campaña, en las que se había comprometido a no aumentar el endeudamiento público. Sin embargo, justificó el viraje asegurando que “la situación ha cambiado” de forma radical con la guerra en Ucrania y las nuevas exigencias de seguridad en Europa.

La combinación de estas dos decisiones —los planes de Bruselas para desplegar efectivos y el aumento de gasto militar alemán— refleja una Europa que abandona definitivamente la prudencia estratégica y se prepara para asumir un rol más activo en la defensa del continente. Para los socios europeos, se trata no solo de apoyar a Kiev, sino de reforzar su credibilidad geopolítica frente a Rusia y frente a un escenario internacional marcado por la incertidumbre en torno al futuro de la relación transatlántica.

La OTAN, que hace apenas unos años fue calificada por Emmanuel Macron como una alianza “en muerte cerebral”, parece encontrar en esta coyuntura una nueva cohesión. Alemania ha asumido un liderazgo financiero que, aunque controvertido en el plano interno, ha permitido evitar la desintegración de la organización en un momento crítico.

Con estos movimientos, Europa da un paso hacia adelante en materia de defensa y confirma que la guerra en Ucrania ha cambiado para siempre el equilibrio de fuerzas y las prioridades estratégicas de la UE.