Zelenski presiona a la Alianza mientras sube la tensión aérea en Europa Título

Zelenski afirma que la OTAN teme una respuesta rusa y pide actuar con firmeza

Zelenski afirma que la OTAN teme una respuesta rusa y pide actuar con firmeza EPA/LUDOVIC MARIN / POOL

En una entrevista con Axios, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski acusó a la mayoría de los países de la OTAN de mostrar miedo ante la posibilidad de represalias rusas y criticó la respuesta que, a su juicio, ha sido “muy débil” frente a las supuestas violaciones del espacio aéreo europeo. Sus palabras vuelven a abrir el debate sobre los riesgos de escalada y sobre qué pasos puede —y debe— dar la Alianza para defender su territorio sin precipitar un choque directo con Moscú.

En la conversación larga publicada por Axios, Zelenski fue contundente: “la mayoría de los miembros de la OTAN tienen miedo de una posible respuesta rusa” y esa cautela —dijo— está alimentando la impunidad de Moscú. El presidente ucraniano reprochó además que la reacción a las presuntas incursiones de aviones rusos en espacio aéreo europeo haya sido “muy débil” y subrayó que, si los aparatos están en el espacio soberano de un aliado, “hay que bloquearlos” —incluso, en sus palabras, derribarlos si es necesario—. Estas declaraciones recogen y amplifican la creciente frustración de Kiev por lo que considera una brecha entre la retórica de apoyo occidental y las decisiones operativas concretas.

Las palabras de Zelenski se producen en un momento de máxima sensibilidad: en las últimas semanas han circulado informaciones sobre incursiones aéreas relacionadas con aviones rusos e interceptaciones de drones en distintos puntos de Europa, lo que ha llevado a debates internos en capitales aliadas sobre la respuesta adecuada y proporcional. Diplomáticos de alto rango en Londres, París y Berlín, según fuentes mediáticas, han llegado a advertir a Moscú sobre la posibilidad de que la OTAN derribe aeronaves que violen su espacio si las provocaciones persisten, una postura que Moscú ha calificado de “irresponsable”.

Esa tensión política no es inocua: abre dos riesgos simultáneos. Por un lado, la dilación o el vacío de respuesta pueden alentar a Rusia a mantener tácticas de presión que desestabilicen fronteras y pruebas de seguridad aérea; por otro, cualquier acción militar contra aviones rusos arriesga convertir una crisis regional en un enfrentamiento directo entre la Alianza y Rusia, con consecuencias imprevisibles. Los responsables políticos occidentales, conscientes de ese binomio, tratan de calibrar la dotación de disuasión (más patrullas, refuerzo de radar, despliegue de activos de defensa aérea) sin cruzar la línea que convierta la defensa en provocación.

Para Ucrania, la cuestión tiene además un componente instrumental: presionar a la OTAN para que adopte medidas más contundentes —desde el apoyo material hasta reglas de enfrentamiento más claras— forma parte de su estrategia para estrechar la ventana de maniobra de Rusia y proteger su espacio nacional. Pero no solo Kyiv tiene algo en juego; los estados miembros han de ponderar también su opinión pública y el coste político de exponerse a un posible enfrentamiento directo con Moscú. Estas dinámicas explican por qué, pese a las condenas formales, la traducción operativa en acciones concretas resulta compleja y lenta.

En términos geopolíticos y económicos, la retórica de Zelenski puede tener efectos tangibles: aumentar la percepción de riesgo en mercados, condicionar decisiones de inversión en la región y acelerar peticiones de refuerzos militares y sistemas de defensa aérea por parte de los aliados. Además, la discusión pública sobre si la OTAN debe “bloquear” aviones invasores tensiona el debate sobre la línea roja entre defensa legítima y escalada involuntaria; en la práctica, esa línea seguirá siendo el punto de negociación entre prudencia estratégica y firmeza operativa.

En definitiva, la intervención de Zelenski vuelve a colocar sobre la mesa una pregunta clave para los próximos meses: ¿hasta qué punto la Alianza está dispuesta a transformar el apoyo político a Ucrania en actos de defensa aérea que puedan implicar confrontación directa con Rusia? La respuesta no solo definirá la seguridad inmediata de Europa oriental, sino que imprimirá la hoja de ruta de la política exterior occidental en un entorno donde toda decisión puede tener repercusiones militares, diplomáticas y económicas duraderas.