GUSTAVO DE ARÍSTEGUI: “El entorno más radical de Putin está entrando en acción”
GUSTAVO DE ARÍSTEGUI: “El entorno más radical de Putin está entrando en acción”
En esta entrevista con Gustavo de Arístegui, diplomático español, se aborda en profundidad la situación actual del conflicto en Ucrania y sus implicaciones geopolíticas. Arístegui destaca que llevamos “tres años y medio de guerra”, un conflicto que ha agotado tanto a la población ucraniana como a los países que la apoyan. Señala que el entorno más radical de Putin “está entrando en acción”, y subraya que “las alternativas a Putin no siempre son mejores; la mayoría son peores”, reflejando la complejidad interna del poder ruso.
Sobre la política exterior occidental, Arístegui menciona que, aunque hubo una “complacencia peligrosa” inicialmente, se ha producido una rectificación en el apoyo a Ucrania, con un aumento en el envío de armas y de inteligencia. Sin embargo, insiste en que “es Rusia quien sigue atacando brutalmente a Ucrania” y que “no ha respetado ninguno de los acuerdos patrocinados por Estados Unidos”. Además, alerta contra la idea errónea de que Occidente provocó a Rusia, señalando que esa narrativa es “un disparate”.
El diplomático destaca el cambio en la política de países tradicionalmente neutrales como Finlandia y Suecia, que han abandonado su neutralidad para unirse a la OTAN, lo que indica la gravedad de la amenaza rusa. Asimismo, defiende la inversión en defensa, explicando que el 5% del PIB destinado a este fin “no es solo cañones o tanques, sino tecnología avanzada que también beneficia a la sociedad civil”, como el GPS o los frenos de disco.
Arístegui advierte sobre la estrategia rusa de prolongar el conflicto hasta al menos 2026, con el objetivo de “agotar políticamente a Zelenski y fomentar la cizaña política interna en Ucrania”. Denuncia las luchas internas dentro del gobierno ucraniano, que considera “extraordinariamente irresponsables” en un momento tan crítico. También alerta sobre el desgaste económico y social que busca Rusia, así como la presión de ciertos sectores políticos en Europa para detener la ayuda militar, lo que facilitaría la implantación de un “régimen títere” en Ucrania.