Mercados de EE.UU.

AMD se dispara más de un 7% en Wall Street al prometer 100.000 millones en chips de centros de datos

EPA / R I T C H I E B . T O N G O

La tecnológica liderada por Lisa Su encendió al mercado al presentar una hoja de ruta muy agresiva en inteligencia artificial: prevé que su negocio de centros de datos alcance los 100.000 millones de dólares anuales en cinco años y que el mercado total de chips para IA llegue al billón en 2030. La acción llegó a saltar más de un 7% en la apertura, superando los 254 dólares y avanzando después hacia la zona de los 262 dólares, lo que implica que los inversores están dispuestos a pagar hoy por el crecimiento que AMD promete para la próxima década.

La sesión de este miércoles en Nueva York tuvo un nombre propio en tecnología: Advanced Micro Devices. La compañía aprovechó su ‘analyst day’ en Nueva York para hacer lo que el mercado quería oír: que la ola de la inteligencia artificial no es pasajera y que AMD ya tiene productos, clientes y capacidad industrial para capturar una porción relevante del gasto en centros de datos que hoy domina Nvidia. Lisa Su, consejera delegada, puso cifras encima de la mesa que no son habituales en semiconductores: 35% de crecimiento anual medio para todo el grupo en los próximos 3-5 años, 60% para la división de centros de datos y un objetivo de 100.000 millones de dólares de ingresos anuales dentro de cinco años solo en ese segmento. Es una forma de decirle a Wall Street que AMD quiere ser el segundo gran proveedor global de aceleradores de IA y que no piensa conformarse con las sobras. 

El entusiasmo tuvo reflejo inmediato en el parqué. A media mañana, el título ganaba más de un 7% y se cruzaba inicialmente en 254,5 dólares, para después seguir escalando hasta la zona de los 262 dólares según los datos en tiempo real, lo que supone añadir miles de millones a su capitalización en apenas unas horas. El mercado premió sobre todo dos mensajes: que la demanda de infraestructura para IA “está solo en su primera fase de un ciclo de diez años”, como repitió Su, y que AMD tiene ya en el calendario la próxima generación de aceleradores MI400 y sistemas Helios para 2026, con los que quiere recortar distancias con Nvidia en rendimiento y en entrega. Esta visibilidad a varios años vista es poco habitual y explica la reacción.

La compañía también se permitió mirar más lejos: si el mercado de chips para centros de datos de IA realmente escala al billón de dólares en 2030, como calculó Su, habrá espacio para más de un ganador. Esa tesis encaja con lo que están diciendo grandes clientes cloud y con el hecho de que los modelos generativos, cada vez más grandes, exigen no solo más chips, sino sistemas completos y optimizados. Ahí AMD juega la carta de su ecosistema abierto y de alianzas que ya ha anunciado con operadores de IA como OpenAI, deseosos de diversificar proveedores para no depender en exclusiva de Nvidia. Por eso el mercado leyó el anuncio no solo como una proyección optimista, sino como una señal de que AMD está bien posicionada en la segunda ola de la IA: la de la capacidad instalada. 

En paralelo, Su dejó un mensaje que también gustó a los gestores más defensivos: la división de PC, que durante meses fue un lastre, debería volver a crecer alrededor del 10% apoyada en chips con capacidades de IA en el dispositivo (‘AI PCs’), lo que da algo más de equilibrio al perfil de ingresos y reduce la dependencia de los grandes contratos de centros de datos. Si esa parte del negocio recupera tracción, AMD puede navegar mejor eventuales baches de gasto en la nube. Pero incluso con ese matiz, el foco de hoy estuvo en la historia grande: una compañía que prácticamente dobla su ambición pública en IA y que aprovecha el momento de euforia del mercado para consolidar su relato como alternativa seria a la hegemonía de Nvidia. 

Para los inversores que siguen de cerca el sector, el anuncio de AMD llega en un momento propicio: el mercado había empezado a preguntarse si el rally de las compañías de IA estaba ya demasiado caro y necesitaba nuevas pruebas de crecimiento real. AMD se las ha dado en forma de objetivos cuantificados, calendario de productos y una lectura muy clara de la demanda hasta 2030. Ahora el reto será de ejecución: fabricar, entregar y mantener el ritmo de innovación que exige una carrera en la que participan también Intel, los diseñadores chinos y, sobre todo, el líder absoluto que sigue siendo Nvidia. Pero al menos por hoy, Wall Street le ha comprado el plan.