El banco central de China mantiene sin cambios los tipos de referencia
El Banco Popular de China (PBoC) decidió este jueves mantener sin cambios sus tipos de referencia, la Loan Prime Rate (LPR) a un año en el 3% y la de cinco años en el 3,5%, tal y como anticipaban los analistas. La decisión prolonga la racha de seis meses consecutivos sin variaciones en el coste oficial del crédito, en un contexto de desaceleración económica, debilidad de la demanda interna y menor urgencia del banco central por aplicar nuevos estímulos monetarios.
Pese a los signos de enfriamiento —exportaciones en retroceso, consumo moderado y una caída notable del nuevo crédito bancario—, la autoridad monetaria opta por preservar la estabilidad financiera y cambiar el foco hacia medidas más selectivas, mientras el Gobierno refuerza el uso de la política fiscal para sostener el crecimiento.
Decisión del PBoC
El anuncio se produjo en la fijación mensual de la LPR, el tipo de referencia que se calcula a partir de las propuestas de un grupo de bancos comerciales y que el Banco Popular de China supervisa de forma estrecha. La continuidad en el nivel de los tipos llega después de que la institución mantuviera también sin cambios la tasa de sus operaciones de recompra inversa a siete días, que funciona como una de sus principales herramientas de política monetaria.
De esta forma, Pekín confirma la señal lanzada en su último informe trimestral de política monetaria, en el que reintrodujo el concepto de «ajuste cruzado del ciclo», es decir, una estrategia orientada a suavizar las oscilaciones del ciclo económico con movimientos graduales y prudentes, en lugar de grandes programas de estímulo.
Sexto mes sin cambios
La fijación de noviembre mantiene en 3% la LPR a un año y en 3,5% la de cinco años, niveles que se han consolidado como referencia desde mediados de 2025 tras los últimos recortes aplicados el año anterior. Con esta decisión, la PBoC encadena seis meses consecutivos sin movimientos en sus tipos de referencia, a pesar de que otros grandes bancos centrales —como la Reserva Federal estadounidense o el Banco Central Europeo— han iniciado ya un ciclo de rebajas de tipos.
Las encuestas previas del mercado apuntaban a un amplio consenso en favor de la estabilidad: todos los analistas consultados por agencias internacionales esperaban que el banco central chino optara por mantener la LPR intacta, reflejo de que el margen de maniobra se percibe limitado y de que Pekín prioriza, por ahora, evitar una depreciación adicional del yuan y un exceso de apalancamiento en el sistema financiero.
Qué es la tasa LPR
La Loan Prime Rate es desde 2019 el principal tipo de referencia para el crédito en China. La LPR a un año sirve como base para la mayoría de los préstamos corporativos y buena parte del crédito a hogares, mientras que la LPR a cinco años es la referencia clave para las hipotecas y otros préstamos a largo plazo. Una rebaja de la LPR suele traducirse en menores costes de financiación para empresas y familias y, potencialmente, en mayor inversión y consumo.
Sin embargo, el impacto de nuevos recortes sería hoy más limitado, según coinciden numerosos economistas, debido a la debilidad de la demanda de crédito: tanto las empresas como los hogares muestran cautela a la hora de endeudarse en un entorno de incertidumbre global, tensiones geopolíticas y corrección del sector inmobiliario. En este contexto, la estabilidad de la LPR pretende equilibrar el apoyo al crecimiento con la necesidad de contener riesgos financieros.
Señales de la economía china
Los últimos datos macroeconómicos publicados por Pekín dibujan un panorama mixto. Por un lado, el producto interior bruto sigue avanzando a ritmos compatibles con el objetivo oficial anual, pero, por otro, las exportaciones se han debilitado, las ventas minoristas pierden tracción y los nuevos préstamos bancarios cayeron con fuerza en octubre. Estos indicadores apuntan a una demanda interna frágil y a la persistencia de vientos en contra para la segunda economía del mundo.
La corrección del sector inmobiliario, la incertidumbre sobre la demanda exterior y el impacto de las tensiones comerciales con Estados Unidos y otros socios han incrementado la presión sobre el crecimiento. No obstante, las autoridades chinas parecen confiar en que las medidas ya adoptadas, junto con un mayor protagonismo del estímulo fiscal, sean suficientes a corto plazo, lo que reduce la urgencia de recurrir a nuevos recortes de tipos.
Reacciones del mercado
Tras el anuncio, la reacción en los mercados financieros fue contenida. El movimiento encajaba plenamente con las previsiones y confirma la idea de que el Banco Popular de China prioriza la previsibilidad y la estabilidad sobre decisiones sorpresivas. La divisa china se mantuvo relativamente estable frente al dólar estadounidense, mientras que los mercados de renta variable y renta fija ya descontaban un escenario de tipos sin cambios.
Para los inversores internacionales, la decisión refuerza la percepción de que China se encuentra en una fase de política monetaria más selectiva y menos expansiva, en la que posibles nuevos recortes de tipos o de coeficientes de reservas se posponen previsiblemente hacia 2026, salvo un deterioro más acusado de los datos de actividad.
Perspectivas para 2026
Los analistas prevén que la próxima fase de estímulos, si se produce, llegue de forma combinada a través de rebajas adicionales de tipos oficiales y reducciones del coeficiente de reservas exigido a los bancos, con el objetivo de abaratar y ampliar el acceso al crédito sin desencadenar un rebrote de riesgos financieros. La clave, coinciden, será la evolución de los indicadores de crecimiento y de inflación en los próximos trimestres.
A corto plazo, el mensaje que sale de Pekín es claro: el banco central está dispuesto a tolerar una moderación gradual del crecimiento del crédito y a apoyarse más en la política fiscal para sostener la actividad. El resultado es un escenario en el que la LPR se consolida, de momento, en el 3% y el 3,5%, respectivamente, como referencia para empresas y hogares, a la espera de comprobar si la combinación de medidas actuales es suficiente para evitar una nueva pérdida de impulso de la economía china.