El Banco de Rusia recorta 50 puntos básicos y deja el tipo clave en el 16%
El banco central rebaja el precio del dinero en un movimiento esperado por el mercado, pero insiste en que la batalla contra la inflación no ha terminado: advierte de un posible repunte a comienzos de 2026 por impuestos y mantiene el foco en las expectativas de precios.
Un recorte “medido” en plena desaceleración
El Banco de Rusia decidió este viernes rebajar su tipo de interés de referencia en 50 puntos básicos, hasta el 16%, en línea con el consenso del mercado. El recorte llega tras meses de condiciones financieras muy restrictivas, con una economía que está perdiendo tracción y con el debate interno girando alrededor de cuándo puede relajarse el freno sin reavivar el problema de precios.
La clave: menos presión “actual”, pero más nervios en expectativas
En su comunicación, la autoridad monetaria reconoció que las medidas subyacentes de crecimiento de precios se moderaron en noviembre, un argumento que respalda el giro hacia una política algo menos dura. Sin embargo, subrayó un matiz importante: las expectativas de inflación han repuntado en los últimos meses. Ese punto suele ser determinante, porque unas expectativas desancladas pueden perpetuar la inflación incluso cuando los datos “corrientes” mejoran.
Impuestos y geopolítica: el “asterisco” del escenario 2026
El banco central avisó de que la inflación podría repuntar a comienzos de 2026 por el impacto de subidas de impuestos, antes de retomar una senda descendente. En paralelo, insistió en que los factores geopolíticos siguen siendo una fuente relevante de incertidumbre para el escenario macro y para la estabilidad financiera, lo que refuerza su mensaje de cautela.
El mensaje al mercado: tipos más bajos, pero política aún “apretada”
La señal de fondo es doble. Por un lado, el recorte al 16% sugiere que el banco central considera que la desinflación avanza lo suficiente como para aflojar gradualmente. Por otro, deja claro que mantendrá las condiciones monetarias restrictivas el tiempo necesario y que las próximas decisiones dependerán de la solidez de la desaceleración de la inflación y de la evolución de las expectativas.
Un telón de fondo político inusual
La decisión coincidió con declaraciones públicas del presidente Vladimir Putin, que defendió la independencia del banco central y enmarcó el enfriamiento económico como un efecto buscado de la restricción monetaria para reducir la inflación. El cruce entre política y banco central añade ruido a un mercado que, ahora, mirará cada dato de precios y cada indicio fiscal para anticipar el ritmo de los próximos recortes.