Wall Street revive: Dow Jones sube por esperanzas en recortes de la Fed y fuerza de grandes empresas
El arranque de la semana llega con los inversores dispuestos a estirar el rebote del viernes, cuando unas palabras clave del presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, encendieron el ánimo: el banco central puede empezar a recortar tipos “en el corto plazo”. Sobre esa frase se ha construido buena parte del optimismo actual. En la sesión europea, los futuros del S&P 500 avanzaban alrededor de un 0,3% y los del Nasdaq un 0,5%, tras las subidas cercanas al 1% del viernes. Más tarde, ya en la previa de apertura estadounidense, los contratos ligados al Dow Jones sumaban en torno a un 0,3%, el S&P 500 se acercaba al 0,7% y el Nasdaq 100 rozaba el 1% al alza, reflejando un renovado apetito por riesgo en las grandes tecnológicas y en los pesos pesados del consumo.
Detrás de ese movimiento está el rediseño exprés de las expectativas sobre la Fed. Hace apenas una semana el mercado veía algo menos de un 50% de probabilidad de recorte en diciembre; ahora las apuestas superan con holgura los dos tercios e incluso algunos indicadores las sitúan cerca del 80%. Es el típico giro de guion que conoce bien cualquier seguidor de los mercados: en cuestión de días se pasa de temer que los tipos sigan altos durante más tiempo a descontar casi como base un recorte inminente. Y cuando la narrativa cambia, el Dow Jones suele ser uno de los primeros en reaccionar.
Sin embargo, el contexto de fondo sigue siendo incómodo. Pese al rebote, tanto el S&P 500 como el Nasdaq encaran el que podría ser su peor mes desde marzo, con el índice tecnológico todavía más de un 6% abajo en noviembre. La corrección ha estado marcada por un fantasma que en Negocios TV hemos venido señalando: el miedo a que la fiebre de la inteligencia artificial haya inflado demasiado rápido las valoraciones de algunos gigantes tecnológicos. El alivio que aportan las palabras de la Fed no borra ese runrún; simplemente lo tapa durante unas sesiones.
Además, hay un elemento técnico que invita a la prudencia: los datos clave de empleo de octubre y noviembre, que serán determinantes para la decisión de la Fed, se publicarán después de la reunión de diciembre. Es decir, el banco central tendrá que decidir con visibilidad parcial y los inversores están apostando hoy sobre un escenario de información incompleta. No todos dentro de la institución comparten el entusiasmo del mercado: la presidenta de la Fed de Boston, Susan Collins, ha dejado claro que sigue inclinándose en contra de un recorte inmediato, recordando que la inflación, aunque ha cedido, no está todavía totalmente domada.
En paralelo a la historia de tipos, el mercado sigue digiriendo otros frentes. La larga parálisis de datos provocada por el reciente cierre parcial del Gobierno estadounidense ha dejado a Wall Street “a ciegas” en algunas estadísticas macro habituales. Esta semana se publican por fin ventas minoristas de septiembre, índice de precios a la producción y solicitudes de desempleo, justo cuando arranca la temporada alta de consumo con Acción de Gracias, Black Friday y Cyber Monday. El comportamiento del consumidor será el termómetro más fiable de hasta qué punto la subida de tipos, los despidos anunciados y los nuevos aranceles están erosionando la confianza. De momento, las previsiones del comercio apuntan a una campaña navideña que podría superar por primera vez el billón de dólares en ventas y gigantes como Walmart han elevado sus guías, lo que mantiene a las grandes cadenas de distribución entre los valores a vigilar dentro del Dow.
Al mismo tiempo, continúan las dudas sobre el sector tecnológico, incluso después de que Nvidia haya vuelto a presentar unas cifras sólidas. El problema no es tanto el beneficio actual como el precio que se está pagando por cada dólar de beneficio futuro. De ahí que, aunque hoy veamos un “boom” del Dow y del Nasdaq en la preapertura, muchos gestores sigan definiendo el entorno como un mercado “rebotando dentro de una corrección”. La propia frase de un estratega lo resume bien: el tema dominante es la incertidumbre, y seguiremos en un entorno volátil al menos hasta que la Fed hable claro en diciembre y acompañe su decisión de un mensaje creíble.
No todo, sin embargo, es Fed y tecnología. El tono de riesgo se ve influido también por otros factores que dan color a la sesión: las conversaciones de paz entre Estados Unidos y Ucrania, que han producido un nuevo marco de propuesta menos favorable para Moscú; los movimientos corporativos en el sector minero con BHP y Anglo American en el foco; o el debate sobre el precio del petróleo, que afloja ante la posibilidad de una tregua en Ucrania pero mantiene las primas de riesgo en diesel y destilados. Todo ello dibuja un escenario en el que la renta variable puede subir, pero sobre un suelo todavía lleno de grietas.
De cara al medio plazo, algunos bancos de inversión se esfuerzan por lanzar mensajes de optimismo. Deutsche Bank, por ejemplo, proyecta un S&P 500 en la zona de los 8.000 puntos para finales de 2026, apoyado en unos beneficios empresariales resistentes y en el impacto positivo, a la larga, de la revolución de la inteligencia artificial. Pero ese horizonte no elimina la posibilidad de sobresaltos en el corto plazo. De hecho, más de un gestor recuerda que los grandes mercados alcistas suelen construirse sobre fases previas de correcciones dolorosas y limpieza de excesos.
Para el inversor que sigue el minuto a minuto con Negocios TV, la foto de hoy puede resumirse así: el Dow Jones disfruta de su momento “boom” gracias a un cóctel de esperanza en la Fed, rebote de las grandes compañías y algo de alivio geopolítico. Pero la fiesta está lejos de estar asegurada. La respuesta a la pregunta que da título a la jornada —¿vendrá la Fed al rescate?— no se medirá solo en un recorte de tipos en diciembre, sino en si ese movimiento llega a tiempo y con la fuerza suficiente para estabilizar una bolsa que todavía arrastra las cicatrices de un año complicado.