Crece el PIB en EE. UU., impulsando al dólar mientras euro y libra retroceden
La economía de Estados Unidos sorprendió al publicar un crecimiento del producto interior bruto del 3,8 % anualizado en el segundo trimestre de 2025, cifra revisada al alza respecto a estimaciones previas. Este impulso se suma a la reducción del déficit comercial y al repunte de los pedidos de bienes duraderos, generando una apreciación notable del dólar frente al euro y la libra esterlina.
Cuando los mercados empezaban a descontar un enfriamiento en la economía estadounidense, los datos finales del segundo trimestre han demostrado lo contrario: el PIB creció un 3,8 % anualizado, superando cómodamente la estimación anterior del 3,3 %. La revisión al alza revela un dinamismo inesperado en el gasto de los consumidores, que creció un 2,5 % frente al 1,6 % estimado previamente.
Este crecimiento se vio acompañado por una fuerte caída en las importaciones, lo que contribuyó positivamente al cálculo del PIB. Además, los pedidos de bienes duraderos volvieron al terreno positivo tras dos meses de contracciones, lo que refuerza la impresión de que la recuperación económica tiene múltiples frentes.
La reacción del mercado de divisas no se hizo esperar: el dólar se fortaleció frente al euro, que cayó hasta niveles no vistos desde el 11 de septiembre, cotizándose alrededor de 1,16944 USD/EUR, una caída aproximada del 0,37 % en la jornada. La libra esterlina también sufrió, bajando un 0,51 % frente al dólar hasta unos 1,33797 USD/GBP, marcando mínimos de varias semanas.
Aunque estos datos ofrecen razones para cierto optimismo, los analistas advierten que el contexto no es del todo uniforme. Factores como la incertidumbre vinculada a políticas comerciales, la evolución de la inflación -especialmente medidas como el PCE core (excluyendo alimentos y energía)--y los plazos de actuación de la Reserva Federal siguen siendo centrales para determinar si este fuerte trimestre se sostendrá o si habrá correcciones próximas.
Desde Europa, los indicadores enviaban señales más débiles: los datos de confianza empresarial alemana decepcionaron, lo que añade presión sobre el euro. Para la libra, los temores sobre las finanzas públicas del Reino Unido y la claridad de la política monetaria están generando volatilidad, especialmente cuando los inversores comparan expectativas de tipos de interés entre la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra.
En resumen, lo que parecía un crecimiento modesto y homogéneo se ha transformado en una recuperación más vigorosa de lo anticipado, al menos en el corto plazo. El dólar emerge fortalecido como beneficiario principal de estos datos, mientras las monedas europeas deben sortear desafíos internos y externos para evitar mayores pérdidas.