Daniel Lacalle analiza el boom del dólar, la crisis de la vivienda y la pérdida de valor del dinero

El economista Daniel Lacalle regresa para desmenuzar tres fenómenos que mantienen en vilo a mercados y hogares por igual: el inesperado rebote del dólar, la creciente crisis estructural que enfrenta el mercado de la vivienda en España y la preocupante erosión del valor del dinero globalmente. Con una mirada crítica pero profunda, Lacalle, junto a Jose María Rotellar, ofrece un panorama económico que invita a cuestionar las políticas vigentes y sus consecuencias tangibles.

El repunte sorprendente del dólar y sus raíces

Quizá muchos inversores apostaban a que el billete verde seguiría debilitándose, financiándose con deuda soberana y estrategias apalancadas. Pero, ¡zas!, sucedió justo lo contrario. ¿Por qué? Varios factores convergen en esta tormenta perfecta monetaria: Japón y la Eurozona exhiben un empeoramiento fiscal notable, mientras que Estados Unidos sorprende con un déficit menor al esperado y un crecimiento económico más sólido.

Este viraje ha provocado que las posiciones apalancadas acumularan pérdidas importantes, forzando ajustes y catapultando el dólar al alza. Además, la moneda estadounidense reafirma su papel como reserva global, algo que los datos recientes del FMI y SWIFT no dejan lugar a dudas.

Implicaciones para los inversores

Este cambio brusco en la trayectoria del dólar ha llevado a la necesidad urgente de reevaluar estrategias. Quienes confiaban en una depreciación se enfrentan a pérdidas inesperadas, mientras que la fortaleza del dólar tiene repercusiones directas en la liquidez global, el financiamiento corporativo y los flujos de capital emergentes.

La vivienda en España: un problema de oferta y regulación

Jose María Rotellar aporta una clave fundamental para entender por qué los precios suben sin freno: no es la demanda la que falla —ésta crece con jóvenes emancipándose, población al alza e inversores— sino la escasez de oferta regulada. Leyes rígidas, trámites burocráticos interminables, políticas medioambientales intervencionistas y obligaciones de reserva pública frenan la construcción y envenenan el mercado.

¿El resultado? Una demanda creciente frente a una oferta acotada, lo que dispara precios y reduce la accesibilidad, sobre todo para quienes más lo necesitan: los jóvenes y los pequeños ahorradores.

El efecto perverso del intervencionismo en el alquiler

Las regulaciones en el mercado del alquiler, diseñadas quizá con buenas intenciones, provocan el efecto contrario. Los propietarios, temerosos por riesgos legales o posibles ocupaciones, prefieren retirar sus viviendas del mercado. Esto crea un cuello de botella aún mayor que encarece la renta y perjudica al que busca piso.

Por ende, el debate debe ir más allá de la mera existencia de pisos vacíos; muchos están situados en zonas sin demanda o no son habitables, por lo que el verdadero conflicto se centra en la oferta adecuada y la seguridad jurídica.

Recomendaciones a corto y medio plazo

Rotellar insiste en la necesidad urgente de facilitar la liberalización del suelo, agilizar trámites, proteger frente a ocupaciones ilegales y restringir intervenciones excesivas en alquiler y compraventa. Solo tras estas medidas se podrá abordar la tributación y la carga impositiva que encarece aún más la vivienda.

Sin una voluntad política clara y coordinada, el panorama solo se frenará en seco, y los efectos recaerán con especial dureza en el futuro de los jóvenes profesionales.

Dinero, inflación y poder adquisitivo: la paradoja global

En el plano global, tras un ciclo de expansión de liquidez, la masa monetaria comienza a retraerse levemente, afectando mercados financieros y optimismo general. El dólar gana terreno frente a euros y yenes, y las materias primas relacionadas con la transición energética muestran signos mixtos pero con algún repunte estacional.

A pesar de los aparentes buenos datos macroeconómicos —como el empleo privado en EE.UU. o el crecimiento previsto en China—, el poder adquisitivo real no mejora. Esto se explica por la inflación persistente y el intervencionismo fiscal que, lejos de beneficiar al ciudadano común, empobrece su bolsillo.

¿Un crecimiento económico sin bienestar?

La paradoja resulta inquietante: mientras el PIB se sostiene con estímulos y gasto público, la ciudadanía no ve reflejado ese crecimiento en ingresos reales. Este fenómeno subraya la complejidad y la fragilidad de la recuperación, y lanza una advertencia clara sobre prioridades de política económica.