El ahorrador conservador descubre que su “zona segura” ya no protege del enemigo real: la inflación

Los depósitos tradicionales pierden terreno frente a la inflación: ¿qué opciones tiene el ahorrador conservador?

Los depósitos tradicionales pierden terreno frente a la inflación: ¿qué opciones tiene el ahorrador conservador?

El diagnóstico de Félix de Gregorio es tan incómodo como necesario: el ahorrador conservador está perdiendo poder adquisitivo sin darse cuenta. Los depósitos y los bonos soberanos, tradicionales pilares de la seguridad financiera, ya no garantizan rentabilidad real en un entorno donde la inflación ha sido más persistente de lo previsto. Y lo peor es que el riesgo no es solo “ganar poco”, sino perder dinero en términos de vida. Frente a este nuevo tablero, de Gregorio propone mirar hacia alternativas de renta fija más robustas, como los covered bonds, capaces de ofrecer estabilidad con menor volatilidad.

El fin del ahorro “sin sobresaltos”: cuando proteger capital ya no es suficiente

Durante años, muchos ahorradores asumieron que depósito = tranquilidad y bono soberano = refugio. Y había lógica: tipos bajos pero estables, inflación contenida, y una sensación de que el objetivo era no perder nominalmente. El problema es que el mundo ha cambiado. La inflación en Europa ha vuelto a ser un actor estructural y, aunque esté moderándose en 2025, sigue muy por encima del rendimiento de la mayoría de depósitos estándar.

Traducido al día a día: puedes ver tu saldo intacto, pero comprar menos con él. Ese es el punto clave de de Gregorio: el reto ahora no es “no perder dinero en el banco”, sino no perder capacidad de compra.

Bonos soberanos: refugio con grietas y volatilidad inesperada

La otra gran sorpresa para el ahorrador prudente ha sido la volatilidad reciente de la deuda pública. Si bonos franceses o alemanes pueden sufrir caídas del 5%-6% en semanas, algo se rompe en el relato de “activo inmune”. Esa inestabilidad no surge por capricho: responde a tensiones fiscales, dudas políticas y a una realidad incómoda en Europa, donde el gasto público y los déficits se han consolidado como variable permanente.

Cuando los déficits se elevan, el mercado exige más rentabilidad para financiar a los Estados. Eso empuja los tipos al alza y castiga el precio de los bonos existentes. El resultado es que el ahorrador conservador, sin buscar riesgo, se lo encuentra.

La inflación como ladrón silencioso del pequeño ahorro

Aquí está el núcleo de la advertencia. La inflación tiene una virtud perversa: no hace ruido, pero erosiona. Si tu depósito paga un 2% y la inflación se mueve por encima de ese nivel, no hay drama visible… pero sí una pérdida real acumulada. Por eso la frase de de Gregorio es tan concluyente: ahorrar sin cubrir inflación ya no es ahorrar, es aplazar una pérdida.

Covered bonds: un refugio más resiliente para el ahorrador prudente

En este contexto, de Gregorio sugiere mirar a activos de renta fija “intermedios” que han pasado desapercibidos para el gran público. Los covered bonds (cédulas hipotecarias y similares, dependiendo del país) son instrumentos emitidos por bancos y respaldados por una cartera de activos de alta calidad. Lo diferencial es su estructura: ofrecen doble protección o “dual recourse”. Es decir, el inversor tiene derecho de cobro tanto contra el emisor como contra el conjunto de activos que cubre el bono.

Esa arquitectura, regulada de forma estricta en la UE, explica su reputación de seguridad. De hecho, distintas fuentes del mercado y reguladores subrayan que los covered bonds europeos no han registrado defaults en más de 200–250 años de historia, algo casi único dentro de la renta fija.

Además, suelen ofrecer rentabilidades algo superiores a las de la deuda soberana equivalente con un perfil de riesgo muy controlado, precisamente porque están respaldados por activos concretos (hipotecas prime, sector público, etc.) y con ratios de sobrecolateralización exigentes.

La idea no es correr más riesgo, sino correr menos a ciegas

El mensaje de fondo no es empujar al ahorrador conservador hacia productos “agresivos”. Es algo más simple y más serio: si tu cartera no protege contra inflación, es más arriesgada de lo que crees. Los covered bonds, junto con otras piezas de renta fija de calidad y diversificación, pueden ayudar a construir una cartera que no dependa solo de depósitos o bonos soberanos tradicionales.

Porque la nueva realidad es esta: el riesgo no ha desaparecido del ahorro prudente. Solo ha cambiado de forma. Antes era volatilidad visible; ahora es erosión invisible. Y para combatirla, no basta con esconderse: hay que elegir bien dónde refugiarse.