La deuda de hogares y empresas baja al nivel más bajo en dos décadas: el endeudamiento cae al 106,5% del PIB, según el Banco de España
El Banco de España confirma que la deuda consolidada de empresas y hogares se redujo al 106,5% del PIB en el segundo trimestre de 2025, cuatro puntos menos que un año antes. Aunque el volumen total de deuda creció ligeramente en términos absolutos, su peso relativo sobre la economía continúa en mínimos históricos. La riqueza financiera de los hogares aumentó un 9,3% interanual, alcanzando el 200,9% del PIB.
El Banco de España publicó hoy las Cuentas Financieras de la Economía Española correspondientes al segundo trimestre de 2025, que reflejan una clara mejora en la posición financiera de los hogares y las empresas. El endeudamiento total de ambos sectores se situó en 1,74 billones de euros, lo que supone un incremento del 2% respecto al año anterior, pero una reducción de cuatro puntos en relación con el tamaño de la economía.
La deuda de las empresas no financieras ascendió a 1,02 billones de euros, mientras que la de los hogares alcanzó los 719.000 millones. En ambos casos, el peso sobre el PIB bajó hasta niveles que no se registraban desde principios de siglo: 62,5% en las empresas y 44% en los hogares, cifras no vistas desde 2001 y 2000, respectivamente. Si se incluye la deuda interempresarial, la ratio empresarial sería del 81,8%, frente al 86,3% de un año antes.
Según el organismo supervisor, esta evolución se debe a que el crecimiento de la economía ha superado al del crédito, en un contexto de tipos de interés moderados y mayor disciplina financiera por parte de familias y compañías. El resultado es una desaceleración sostenida del apalancamiento privado que consolida la tendencia de reducción iniciada tras la pandemia.
La riqueza financiera de los hogares también marcó un nuevo récord, con un crecimiento del 7,8% interanual, hasta alcanzar los 3,28 billones de euros. De esa cifra, el 34,4% corresponde a efectivo y depósitos, el 31,7% a participaciones en capital y el 16,6% a fondos de inversión. En términos del PIB, el patrimonio financiero bruto de las familias subió al 200,9%, mientras que su riqueza neta —una vez descontadas las deudas— se situó en 2,49 billones de euros, lo que equivale al 152,8% del PIB, casi cinco puntos más que un año antes.
El informe también revela que los hogares continúan diversificando sus activos: aumentaron sus inversiones en fondos y depósitos, mientras redujeron el peso del efectivo. El Banco de España destaca además que las participaciones en el capital fueron el principal motor del incremento patrimonial, impulsadas por la revalorización bursátil.
Por su parte, las operaciones financieras netas de la economía española —la diferencia entre financiación concedida y recibida— mostraron un saldo positivo del 4,6% del PIB, aunque ligeramente inferior al 5,1% del año anterior. Las Administraciones Públicas, en cambio, registraron un saldo negativo del 3,3% del PIB, reflejando un mayor uso de recursos financieros para cubrir el déficit.
El organismo señala que la financiación neta otorgada por las instituciones financieras se mantiene estable, mientras que los hogares reducen su capacidad de ahorro, situando su financiación neta en el 3,3% del PIB frente al 4,3% del año anterior.
Los flujos de fondos intersectoriales muestran que el resto del mundo y las Administraciones Públicas siguen siendo los principales receptores de financiación, mientras que las instituciones financieras continúan como los mayores proveedores.
Con estos datos, el Banco de España subraya que la estabilidad financiera del sector privado se mantiene sólida, con niveles de deuda sostenibles y una mejora generalizada de los balances familiares y empresariales.