Dow Jones

Dow Jones cayó 1000 puntos desde el máximo del día. Las ganancias de Nvidia no lo salvan. ¿Riesgo dedesplome del mercado?

EPA/JUSTIN LANE
De euforia por Nvidia a caída de 1.000 puntos en el Dow

La jornada de hoy en Wall Street ha sido de montaña rusa pura. A primera hora, todo parecía encajar en el relato perfecto: Nvidia vuelve a destrozar las expectativas, la tecnología se dispara y los datos de empleo en EE. UU. salen mejor de lo esperado. Resultado inicial: el Nasdaq llegaba a subir más de un 2,1%, el S&P 500 alrededor de un 1,6% y el Dow Jones cerca de un 1,3%. Parecía el típico “Nvidia day” en el que la euforia por la inteligencia artificial arrastra a todo el mercado.

Sin embargo, el guion se rompió a mitad de sesión. Desde los máximos del día, el Dow Jones llegó a caer del orden de 1.000 puntos, borrando por completo las ganancias iniciales y entrando en terreno negativo. El S&P 500 y el Nasdaq también se dieron la vuelta con fuerza. Es decir: ni siquiera unos resultados espectaculares de Nvidia han sido suficientes para sostener el rally. Y claro, la pregunta se ha colado de inmediato en foros y mesas de trading: "¿estamos ante la antesala de un desplome más serio?"

Nvidia en modo “máquina de beneficios”, pero con el listón altísimo

El detonante positivo de la sesión fueron los resultados del tercer trimestre fiscal de 2026 de Nvidia. La compañía no solo volvió a superar holgadamente las previsiones de Wall Street, sino que además ofreció una guía de ingresos muy sólida para el trimestre actual. Jensen Huang, su CEO, llegó a decir que las ventas de la plataforma de IA Blackwell están “fuera de serie”, reforzando la narrativa de que sigue habiendo una demanda brutal de capacidad de cómputo para inteligencia artificial.

En la apertura, la acción de Nvidia llegó a subir alrededor de un 4–5%, tirando del resto del sector de semiconductores: AMD, Broadcom (AVGO) e Intel (INTC) avanzaban en torno al 3%, 4% y 2,5%, respectivamente. El efecto arrastre se hizo notar también en las otras mega tech que forman parte de las llamadas “Magnificent Seven”: Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Meta y Tesla cotizaban al alza apoyadas en la sensación de que, de momento, el “trade de la IA” sigue teniendo gasolina para los analistas.

Pero aquí está el problema: cuando una acción como Nvidia cotiza con expectativas casi perfectas, “mejor de lo esperado” ya no siempre basta para seguir subiendo. Una parte del mercado y de los analistas empiezan a preguntarse si no estamos pagando hoy beneficios que quizá tarden años en materializarse. Ese vértigo de valoración podría ser uno de los factores que ha alimentado la brusca reversión intradía.

CEO Nvidia recientemente en The Asia Business Daily

Empleo fuerte, Fed incómoda y un mercado muy sensible

A la mezcla se han sumado los datos del mercado laboral estadounidense. En septiembre se crearon unos 119.000 empleos, más del doble de lo proyectado (en torno a 50.000), en un informe que además llegó con retraso por el cierre del gobierno de 43 días. Es decir, la economía sigue generando más empleo de lo que el consenso esperaba.

A primera vista puede parecer una buena noticia… y lo es, pero con matices. Un mercado laboral aún resistente implica que la Reserva Federal tiene menos prisa en bajar los tipos de interés. Para las bolsas —y especialmente para las tecnológicas de crecimiento, muy sensibles a los tipos— eso es un jarro de agua fría: valoraciones altas + tipos más altos durante más tiempo = menos margen para seguir estirando los múltiplos.

La combinación de:

  • resultados espectaculares (ya descontados en precio en buena parte),

  • datos de empleo que refuerzan el escenario de “tipos altos por más tiempo”,

  • y un mercado ya cargado de posiciones en tecnología e IA,

los analistas ven que algunos busquen aprovechar la subida y reducir riesgo.

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¿Se viene un desplome del mercado… o solo es una sacudida sana?

Vamos a lo que todo el mundo se está preguntando: si el Dow Jones ha caído 1.000 puntos desde el máximo del día y ni siquiera Nvidia ha podido sostener el rally, ¿es esto el principio de un crash?

Argumentos a favor del miedo:

  • Las tecnológicas ligadas a la IA han subido mucho en poco tiempo y el mercado estaba muy complaciente.

  • Los tipos siguen en niveles relativamente elevados y la Fed no tiene prisa por recortar agresivamente.

  • Cualquier decepción futura en resultados de IA (o simple desaceleración del crecimiento) puede encontrar a muchos inversores muy cargados de riesgo.

Argumentos para pensar que es más corrección que desplome:

  • Nvidia no ha decepcionado: sigue creciendo a ritmos extraordinarios y el ciclo de inversión en IA está vivo.

  • El mercado laboral está enfriándose, pero no desplomándose; no hay, por ahora, nadie avisa de señales claras de recesión inminente.

  • Ventas agresivas tras grandes subidas, justo después de resultados clave, son típicas fases de “toma de beneficios” más que de pánico estructural.

  • Parte del dinero que sale de la tecnología podría rotar hacia sectores más defensivos, no necesariamente huir del mercado en bloque.

En otras palabras: lo que estamos viendo encaja más con una fase de corrección y revaloración del riesgo que con el inicio confirmado de un crash tipo 2008. Eso no significa que no pueda empeorar si se encadenan malas noticias, pero de momento el movimiento parece más una purga de excesos que un derrumbe sistémico.

Qué mirar a partir de ahora si sigues el Dow y la tecnología

Para un medio económico —y para cualquier inversor mínimamente atento— las próximas semanas van a girar en torno a tres ejes:

  1. La capacidad de Nvidia y el resto de “Magnificent Seven” de sostener su crecimiento: mientras los beneficios acompañen, es difícil justificar un desplome prolongado. Si empiezan los “guidance” más flojos o las primeras sorpresas negativas, el castigo puede ser rápido avanzan varios analistas.

  2. El tono de la Reserva Federal: cualquier pista sobre cuándo podría comenzar un ciclo de recortes de tipos será clave. Analistas comentan que un mensaje más dovish puede aliviar la presión sobre las valoraciones; uno más duro, al revés.

  3. La salud del consumo y el empleo: si los datos macro empiezan a deteriorarse de verdad, el mercado dejará de preocuparse solo por “todo esta en máximos” y empezará a descontar la posibilidad de que se de la vuelta. Ahí sí, que los analistas avanzan el riesgo de caída profunda.

Y esos momentos, aunque incómodos, son precisamente donde se separa el ruido del análisis serio.