EE.UU. estudia sustituir reportes trimestrales por semestrales para empresas públicas
El presidente Donald Trump ha impulsado nuevamente una propuesta para que las compañías que cotizan en Estados Unidos pasen de presentar informes financieros cada tres meses a hacerlo sólo cada seis, bajo la premisa de reducir costes y aliviar presiones de corto plazo. La Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés), presidida por Paul Atkins, ha aceptado evaluar la idea, generando opiniones divididas entre reguladores, inversores y analistas.
Desde 1970, las empresas públicas en EE. UU. están obligadas por ley a presentar reportes financieros trimestrales (los famosos 10-Q) y un reporte anual completo (10-K), una medida que se estableció tras la reforma legislativa del Exchange Act con el objetivo de garantizar transparencia y de proteger a los inversionistas en un mercado cada vez más complejo.
Ahora bien, la propuesta que se está considerando contempla eliminar esa periodicidad de tres meses para pasar a informes cada seis meses, lo que hoy muchos describen como un cambio profundo en la cultura financiera estadounidense.
La idea ha sido reimpulsada por Donald Trump, quien argumenta que reportar semestralmente “ahorrará dinero y permitirá que los directivos se enfoquen en dirigir bien sus empresas en lugar de cumplir con plazos”. También encuentra respaldo en algunos sectores empresariales y en bolsas como Nasdaq, cuyo CEO Adena Friedman ha señalado que reducir cargas regulatorias podría revitalizar los mercados públicos.
Beneficios que se señalan:
El principal argumento a favor es que reportes menos frecuentes aliviarían la carga operativa de preparar y auditar dichos informes cada trimestre, lo cual implica costos, dedicación de personal y posibles distracciones respecto al enfoque estratégico de largo plazo. Algunos analistas estiman que la SEC podría aprobar una regla dentro de aproximadamente seis meses si el proceso regulatorio avanza con rapidez.
También se menciona que en otros países, como ciertos del Reino Unido, la Unión Europea o Singapur, ya existe la práctica de reportar sólo dos veces al año, lo que serviría de precedente para ver cómo otras jurisdicciones manejan las implicaciones de transparencia.
Desventajas y riesgos advertidos:
No todos ven con buenos ojos esta propuesta. Críticos insisten en que la frecuencia trimestral ofrece una mejor visibilidad sobre los riesgos financieros, eventos inesperados o problemas emergentes que pueden impactar significativamente el valor de la empresa o la confianza del inversor. Retrasar esa información podría aumentar la asimetría de información entre quienes gestionan la empresa y los accionistas.
Adicionalmente, se señala que menos reportes podrían incrementar la volatilidad de los mercados en los momentos de publicación, ya que los informes semestrales serían más voluminosos y con más información acumulada — lo que podría dar lugar a sorpresas mayores.
Otro factor es la resistencia de ciertos inversores institucionales y analistas que dependen de la información periódica para ajustar sus modelos, valorar opciones de portafolio o detectar señales tempranas de problemas. Allá donde se ha implementado semiannual reporting, se insiste en que debe venir acompañado de reglas de divulgación continua (continuous disclosure) para compensar esa menor frecuencia.
Perspectivas y proceso regulatorio:
El cambio no parece inmediato, aunque sí plausible. Analistas de firmas como TD Cowen estiman que existe cierta probabilidad —se menciona un ≈ 60 %— de que la SEC avance hacia semiannual reporting. Sin embargo, para que la propuesta se convierta en norma deberá transitar por un proceso regulatorio que incluya consultas públicas, análisis económicos y jurídicos, y posiblemente enfrentarse a oposiciones legislativas o judiciales.
También será clave definir qué tipo de empresas estarían afectadas (si todas, o sólo aquellas de cierta dimensión), qué información mínima se exigirá en los reportes intermedios, y cómo se mantendrían los estándares de transparencia para proteger a los pequeños inversores.