Wall Street: Elon Musk impulsa a SpaceX para entrar en el top 10 de las empresas más valiosas del mundo
SpaceX calienta motores para la mayor OPV de la historia y pone en vilo a Wall Street
En un movimiento que puede redefinir el mapa de las grandes cotizadas globales, Elon Musk ha activado la cuenta atrás para sacar SpaceX a bolsa. La operación, aún en fase de diseño, aspira a algo más que un simple estreno bursátil: busca convertir a la compañía aeroespacial en uno de los gigantes absolutos por capitalización del planeta.
Una OPV para romper el récord de Saudi Aramco
Según los primeros trazos que se filtran desde el entorno financiero de Musk, SpaceX pretende lanzar una Oferta Pública de Suscripción (OPV) en torno a los 30.000 millones de dólares, superando así los 29.000 millones que levantó Saudi Aramco en su salida a bolsa, hasta ahora el récord mundial.
De materializarse en esas cifras, la compañía no sólo entraría en el club del “trillion” —valoraciones por encima del billón de dólares— sino que podría situarse directamente en el top 10 global por capitalización, en la liga de Apple, Microsoft o Saudi Aramco. Sería el espaldarazo definitivo a la tesis de que el “nuevo espacio” no es sólo ciencia, sino uno de los negocios más rentables y estratégicos del siglo XXI.
Starlink, el verdadero motor del valor
Detrás de estas valoraciones astronómicas no están solo los cohetes reutilizables ni el carisma de Musk, sino un activo mucho más silencioso y estable: Starlink.
La mega constelación de satélites en órbita baja que SpaceX ha desplegado se ha convertido en un negocio de suscripción global, capaz de llevar internet de alta velocidad a zonas rurales, entornos remotos e incluso teatros de operaciones militares o humanitarios. Es ese flujo de caja recurrente, con altísimo potencial de crecimiento, el que los bancos de inversión señalan como el gran pilar de la OPV.
En otras palabras, ni Tesla ni los lanzamientos son hoy el núcleo de la tesis bursátil: lo es la capacidad de SpaceX para convertirse en operador de infraestructuras críticas de conectividad a escala mundial.
Calendario, dudas y el impacto en los mercados
En los pasillos de Wall Street se habla ya de un debut en junio o julio de 2026 en el parqué neoyorquino, aunque las voces más prudentes apuntan a que la volatilidad macro y las decisiones de la Reserva Federal podrían empujar el estreno a 2027.
Mientras tanto, Musk estaría ya sondeando a los grandes bancos de inversión para estructurar la que aspira a ser la mayor OPV de las últimas décadas. La operación llega en un momento especialmente sensible: tipos de interés todavía elevados, dudas sobre el ciclo 2025-2026 y un mercado que alterna entre la euforia por la IA y el miedo a una corrección.
Para los inversores, el mensaje es doble:
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Por un lado, SpaceX encarna la apuesta por la innovación extrema en un sector (aeroespacial y comunicaciones) con barreras de entrada casi insalvables.
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Por otro, una OPV de esta magnitud puede añadir tensión y volatilidad a los índices, drenando liquidez de otras tecnológicas y obligando a muchos fondos a reequilibrar sus carteras.
Lo que está claro es que, una vez más, Elon Musk ha conseguido que Wall Street orbite a su alrededor. Y esta vez, si la OPV de SpaceX despega como se espera, el impacto no será sólo simbólico: puede marcar un antes y un después en cómo el mercado valora el espacio, las telecomunicaciones… y el propio riesgo tecnológico.