"Es viable subsistir autonomo en españa? No lo creo", y saltan las redes

Golpe al bolsillo de los autónomos: la Seguridad Social congela las cuotas bajas y sube las altas un 2,5%
Un hilo viral ha destapado la brecha entre lo que muchos creen pagar como autónomos y lo que realmente soportan en cuotas, IRPF y cargas indirectas. Entre cálculos apresurados, comparaciones con asalariados y diferencias por tramos de ingresos, el ruido tapa lo esencial: entender bien el sistema para tomar decisiones mejores.

n los foros y redes, la discusión es recurrente: “me quitan casi un 40%”, dicen unos; “ni al 30% llegas”, replican otros. El último debate —con cifras cruzadas, reproches y dudas sinceras— deja una conclusión clara: sin una hoja de cálculo y las reglas delante, es fácil equivocarse.

reddit

Lo que de verdad se está mezclando

  1. Cuota de autónomos ≠ IRPF.
    La cuota a la Seguridad Social es un pago mensual fijo basado en ingresos reales (con tramos) y en la base elegida dentro de ese tramo. El IRPF, en cambio, es progresivo y se liquida según beneficio (ingresos – gastos deducibles), con pagos a cuenta y regularización anual. Sumar “cuota + IRPF” puede dar sensaciones de “mordisco” alto, pero no es un porcentaje único sobre toda la facturación, sino la suma de conceptos distintos sobre bases diferentes.

  2. Tipo marginal vs tipo efectivo.
    Otro clásico del malentendido. El tipo marginal es el que se aplica al último euro; el efectivo es el porcentaje real que pagas sobre el total de tu base. Al confundirlos, no es raro que alguien “vea” un 40% donde en la práctica el efectivo es sensiblemente menor.

  3. Autónomo vs asalariado: cargas visibles e invisibles.
    El trabajador por cuenta ajena ve su retención de IRPF y su aportación a la SS en nómina; la empresa asume otra parte importante de cotizaciones. El autónomo, en cambio, concentra en su cuenta toda la cuota y, además, declara trimestralmente IVA/IRPF. La sensación psicológica de “pago más” a menudo nace de la visibilidad del desembolso, no solo de su cuantía.

Los números del hilo (y por qué conviene recalcular)

En el debate se citan cuotas orientativas (por ejemplo, 415€ para 2.500€ de ingresos y 515€ para 4.000€) y porcentajes totales del 22–28% cuando se suma cuota + IRPF. Son aproximaciones útiles para hacerse una idea, pero dependen de:

  • Tramo de ingresos reales declarado y base de cotización elegida.

  • Gastos deducibles (cuanto mejor se documenten, menor base imponible).

  • Retenciones practicadas y situación personal/familiar (mínimos, reducciones).

  • Comunidad autónoma (por el tramo autonómico del IRPF).

  • Meses de tarifa plana (cuando aplica) frente a cuota ordinaria.

Moraleja: dos autónomos con la misma facturación pueden tener cargas efectivas muy distintas.

Tres errores frecuentes que encarecen la factura fiscal

  • No separar cuentas (mezclar gastos personales y profesionales complica deducciones y te hace pagar de más).

  • No documentar gastos (sin factura válida, ese ordenador o esa suscripción no reduce tu base).

  • No ajustar pagos a cuenta (IRPF trimestral “a ojo” puede llevar a sustos o a financiar de más a Hacienda).

¿Qué sería un “buen” plan de mínimos?

  • Simular tres escenarios (conservador, base, optimista) para tu año fiscal.

  • Definir base de cotización dentro de tu tramo que te permita equilibrio entre liquidez presente y derechos futuros (prestaciones/jubilación).

  • Registrar gastos al día y con criterio (contabilidad simple pero rigurosa).

  • Revisar retenciones: mejor ajustar trimestralmente que regularizar con dolor en la renta.

  • Asesorarte (sí, cuesta, pero se paga solo si te evita errores).

¿Baja, media o alta? La verdadera pregunta

Más allá del “pago mucho/pago poco”, la clave es: ¿cuál es tu tipo efectivo después de gastos deducibles y qué margen neto te queda? Con esa cifra, podrás decidir precios, objetivos de facturación y si te compensa seguir como autónomo, asociarte o crear sociedad.