Europa inicia la sesión en verde en vísperas del anuncio del BoE tras la pausa de la Reserva Federal
Los principales índices bursátiles europeos abrieron con ganancias este jueves, impulsados por el reciente recorte de tasas de la Reserva Federal de EE. UU. y por la anticipación del resultado de la reunión del Banco de Inglaterra, que se espera mantenga los tipos sin cambios. Los inversores analizan con atención los datos de inflación y empleo, buscando señales de hacia dónde se inclinarán las políticas monetarias en los próximos meses.
Los mercados financieros europeos arrancaron la sesión de este jueves con tono positivo, reflejando una mezcla de alivio y prudencia. Por un lado, la Reserva Federal de EE. UU. (Fed) optó por recortar sus tasas de interés en 25 puntos básicos, lo que fue interpretado por muchos analistas como una señal de que la entidad está dispuesta a actuar ante los indicios de deterioro en el mercado laboral y en la demanda interna.
Este movimiento en Estados Unidos ha reforzado el apetito por riesgo en los mercados globales, lo que se traduce en subidas en Europa: el DAX alemán ganó cerca de un 0,9 %, mientras que el CAC 40 francés avanzó aproximadamente un 0,6 % en los primeros compases de la jornada. El FTSE 100 británico, sin embargo, mantenía un comportamiento más modesto o ligeramente plano, en gran medida a la expectativa ante la decisión que tomará hoy el Banco de Inglaterra.
El BoE tiene por delante un escenario complejo: la inflación se sitúa en torno al 3,8 %, casi el doble del objetivo oficial, lo que presiona para mantener mano firme en la política monetaria. A su vez, sin embargo, hay señales de que el crecimiento económico se modera, y que ciertos componentes subyacentes de la inflación, especialmente los relacionados con salarios y costes laborales, podrían estar empezando a ceder.
En cuanto a las divisas, se observa que el euro se debilitaba ligeramente frente al dólar tras las noticias de la Fed, mientras que la libra esterlina retrocedía un poco por debajo de expectativas de posibles sorpresas desde Londres. Estos movimientos reflejan que los operadores están calibrando muy de cerca no sólo las decisiones formales, sino los matices en los comunicados que puedan ofrecer pistas sobre futuras rondas de ajustes monetarios.
También pesa la mirada sobre los datos económicos recientes: en Europa algunos indicadores avisan de una desaceleración, lo que alimenta el debate entre quienes defienden que los bancos centrales deben endurecer aún más sus políticas y los que consideran que hay margen para pausar o moderar. Además, los mercados revisan con atención la evolución del mercado laboral británico, los costes energéticos y la presión sobre los precios importados, factores que pueden complicar mucho la ecuación del BoE.
La apertura en verde de los índices europeos muestra que los inversores han aprovechado el respiro que brinda el giro de la Fed, pero la verdadera prueba estará en lo que diga el Banco de Inglaterra: si se limita a mantener los tipos, si ofrece pistas de futuros recortes, o si por el contrario promete mantener la rigidez en la política monetaria. Cualquiera de esos mensajes podría generar volatilidad, sobre todo en sectores sensibles como la construcción, la banca y el consumo.