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Incertidumbre sacude Wall Street: Nasdaq cae mientras el cierre del gobierno y aranceles avivan el miedo

People walk past the New York Stock Exchange in the Financial District in Manhattan, New York City.

Wall Street vive una jornada turbulenta con fuertes caídas en sus principales índices. La amenaza de un cierre gubernamental y los imprevistos en política arancelaria afectan a gigantes tecnológicos, generando miedo e incertidumbre entre inversores a nivel global.

La jornada de hoy en Wall Street ha estado marcada por la tensión y la desconfianza. El Nasdaq cayó un 1,53%, reflejando una pérdida generalizada del apetito por el riesgo que se ha extendido también al S&P 500 y al Dow Jones. El ambiente es de inquietud: los inversores se enfrentan a una combinación explosiva de incertidumbre política, tensiones comerciales y la creciente posibilidad de un cierre del Gobierno estadounidense, un cóctel que ha vuelto a poner en jaque la estabilidad de los mercados.

Lejos de ser un tropiezo puntual, el desplome evidencia un nerviosismo estructural. El mercado se siente atrapado entre un escenario de parálisis administrativa y las señales confusas que llegan desde la Casa Blanca. Las especulaciones sobre nuevas políticas arancelarias impulsadas por el presidente Donald Trump han reavivado los temores de una guerra comercial interna y externa, justo cuando los inversores buscaban certezas tras meses de volatilidad moderada.

El golpe se ha sentido especialmente en el sector tecnológico, tradicional motor del crecimiento bursátil. Las llamadas “siete magníficas” —Microsoft, Meta, Amazon, Tesla, Apple, Nvidia y Alphabet— han vuelto a acaparar titulares, pero esta vez por su desempeño negativo. Microsoft, Meta y Nvidia sufrieron recortes pronunciados, arrastradas por las ventas masivas y la pérdida de confianza en las valoraciones. Tesla retrocedió presionada por las dudas sobre la demanda global, mientras que Amazon cayó en paralelo al enfriamiento del consumo. En este panorama sombrío, Apple se ha salvado del derrumbe, mostrando una sorprendente resistencia que algunos analistas atribuyen a su sólida base de ingresos y a su posición de liquidez frente a la incertidumbre.

La causa inmediata de este terremoto bursátil está relacionada con el bloqueo gubernamental. El cierre parcial del Gobierno de Estados Unidos, en vigor desde principios de octubre, ha dejado a la economía sin datos oficiales actualizados. Informes laborales, indicadores de inflación y estadísticas del comercio exterior han dejado de publicarse, lo que convierte cada rumor o filtración en una chispa capaz de incendiar los mercados. “Sin información fiable, los inversores navegan a ciegas”, advierte un analista de JP Morgan. “Y en un entorno como este, el miedo se convierte en el principal motor de las operaciones”.

El efecto psicológico de la falta de transparencia es devastador. Los traders no sólo reaccionan a los hechos, sino a la ausencia de ellos. La volatilidad se multiplica porque los algoritmos de negociación automática se alimentan de titulares, y cuando los titulares son contradictorios o inexistentes, la reacción es inmediata: venta. Esta falta de brújula convierte al mercado en un campo de tensión permanente, donde las caídas pueden amplificarse en cuestión de minutos.