Sentimiento económico alemán da un giro moderado en septiembre pese al deterioro de la coyuntura

El índice ZEW sorprende al alza en septiembre: crece la confianza futura, pero empeora la valoración del presente

El índice ZEW sorprende al alza en septiembre: crece la confianza futura, pero empeora la valoración del presente

El indicador de confianza económica de Alemania (ZEW) registró en septiembre una recuperación más fuerte de lo esperado, al subir desde los 34,7 de agosto hasta 37,3 puntos. Sin embargo, los expertos advierten: el índice que mide la situación actual cayó de forma abrupta a −76,4, mostrando que los problemas estructurales y los riesgos externos siguen pesando sobre la economía alemana.

En septiembre de 2025, el ánimo de los analistas financieros respecto al futuro económico de Alemania dio una leve pero significativa sorpresa al alza, según el informe mensual del Zentrum für Europäische Wirtschaftsforschung (ZEW). El índice de expectativas económicas subió a 37,3 puntos, superando así las previsiones que lo estimaban alrededor de los 26 puntos. Este dato refleja que, al menos en lo que se refiere al horizonte medio, hay una dosis de optimismo renovado.

No obstante, al examinar el presente la historia es mucho menos alentadora. El índice que mide la valoración de la situación económica actual se desplomó hasta −76,4 puntos, un retroceso desde los −68,6 de agosto. Esa caída indica una visión muy pesimista entre los expertos encuestados: aunque confían en una mejora futura, reconocen que la coyuntura actual es débil y presenta obstáculos considerables. 

¿Qué está motivando estos sentimientos encontrados? En primer lugar, los riesgos en el plano externo siguen siendo predominantes. La política arancelaria de los Estados Unidos, con posibles cambios e incrementos que generarían aún más incertidumbre para las exportaciones alemanas, es uno de los factores más mencionados. Además, Alemania enfrenta lo que algunos ya llaman su “otoño de reformas”: ajustes regulatorios, presiones fiscales, debates políticos internos sobre la inversión pública, la competitividad industrial, el cambio climático y la transición energética. 

En segundo lugar, la segunda mitad del año se avizora complicada: la economía alemana sufrió una contracción ligera en el segundo trimestre, debilitando el ánimo de corto plazo. Las empresas y analistas están pendientes de cómo se materialicen los planes de estímulo interno, las reformas estructurales anunciadas y las respuestas políticas ante la inflación, los costos energéticos y la competencia internacional. 

El dato no solo importa en el contexto germano: también arroja luz sobre el panorama europeo, donde el sentimiento económico dentro de la eurozona mostró una ligera mejora en septiembre, así como cierta recuperación en la valoración del presente, aunque persisten los balances negativos.