La tercera economía de la eurozona muestra signos de desaceleración industrial

La industria italiana se enfría: la producción cae un 2,4% en agosto y enciende las alarmas en Europa

UNSPLASH / ANATOL RURAC La industria italiana se enfría: la producción cae un 2,4% en agosto y enciende las alarmas en Europa

La producción industrial de Italia se desplomó un 2,4% en agosto respecto a julio, según datos del Instituto Nacional de Estadística (Istat). El retroceso, que también marca una caída interanual del 2,7%, evidencia el estancamiento del motor manufacturero del país y anticipa dificultades para la economía europea en la segunda mitad del año.

El verano terminó con malas noticias para la industria italiana. El Instituto Nacional de Estadística (Istat) informó este viernes de una caída del 2,4% en la producción industrial de agosto, un dato que rompe con la leve recuperación registrada en julio y confirma el deterioro de la actividad manufacturera en la tercera economía de la zona euro.

En comparación con agosto de 2024, la producción descendió un 2,7%, lo que refleja una pérdida sostenida de dinamismo en sectores clave como el automovilístico, el metalúrgico y la fabricación de bienes de equipo. Los bienes de capital, tradicionalmente un indicador adelantado de la inversión empresarial, se redujeron un 0,3%, mientras que solo la producción energética logró un ligero avance del 0,2%.

Los analistas advierten de que el dato es preocupante, ya que el sector industrial representa una parte crucial del PIB italiano y actúa como termómetro del ciclo económico europeo. “Italia está sintiendo el peso de la debilidad global, los costes energéticos aún elevados y la ralentización de la demanda interna”, explican desde el banco UniCredit. “Si la tendencia se mantiene, el crecimiento del tercer trimestre podría ser nulo o incluso negativo.”

El retroceso llega en un momento delicado para el gobierno de Giorgia Meloni, que enfrenta una economía lastrada por el aumento del endeudamiento público y la pérdida de competitividad en los mercados internacionales. El Ejecutivo italiano ha apostado por los fondos europeos del Next Generation EU para reactivar la inversión industrial, pero los resultados tardan en llegar.

La caída del sector manufacturero italiano no es un caso aislado: el conjunto de la zona euro atraviesa una ralentización generalizada. Alemania, el principal socio comercial de Italia, también reportó una contracción industrial en agosto, lo que agrava el panorama para el bloque comunitario. El enfriamiento simultáneo de las dos economías pone en duda las previsiones de crecimiento del Banco Central Europeo (BCE), que ya ha admitido que el contexto de altos tipos de interés y baja confianza empresarial está golpeando la producción.

Para los expertos, la clave estará en los próximos meses. Si el descenso industrial continúa durante el otoño, Italia podría acercarse a una recesión técnica. El sector energético, pese a su leve repunte, no basta para compensar la pérdida de impulso en las manufacturas, mientras que las exportaciones siguen sufriendo el efecto de la menor demanda global.

A corto plazo, el Gobierno italiano confía en que la bajada paulatina de la inflación y la relajación de la política monetaria en 2025 impulsen la recuperación. Pero los mercados son escépticos: los datos de producción confirman que el tejido industrial italiano sigue frágil y vulnerable ante cualquier sacudida externa.

La caída del 2,4% en agosto es algo más que un dato estadístico: es una señal de alarma que resuena en Roma, Bruselas y Frankfurt. Europa observa con preocupación cómo uno de sus pilares industriales vuelve a perder fuerza en un momento en el que la estabilidad económica del continente depende, más que nunca, de la resistencia de sus fábricas.