Mercados energéticos

Los inventarios de gas en EE.UU. suben más de lo esperado y presionan a la baja los precios

UNSPLASH.COM / DORISMORGAN
La EIA informó de un aumento de 53.000 millones de pies cúbicos en las reservas semanales, situando los inventarios totales en 3,56 billones. La cifra supera el promedio de cinco años y alimenta el debate sobre la evolución del mercado en plena transición energética.

El mercado energético estadounidense recibió este jueves nuevos datos que refuerzan la percepción de holgura en la oferta de gas natural. Según el informe de la Administración de Información Energética (EIA), los inventarios aumentaron en 53.000 millones de pies cúbicos (Bcf) durante la semana que terminó el 26 de septiembre, situando las reservas totales en 3,561 billones de pies cúbicos.

En términos anuales, la cifra representa un incremento de 21 Bcf respecto al mismo periodo de 2024. Además, el nivel actual se encuentra 171 Bcf por encima del promedio de cinco años, que ronda los 3,39 billones, lo que confirma que los inventarios se mantienen dentro del rango histórico y en niveles cómodos de cara al inicio de la temporada de mayor demanda.

Los analistas habían anticipado un aumento en torno a los 50 Bcf, por lo que el dato publicado superó levemente las expectativas. La reacción inmediata en los mercados fue una presión bajista sobre los precios del gas natural en Nueva York, donde los futuros recortaron ganancias tras conocerse el informe.

La acumulación de inventarios se explica en parte por un otoño más templado de lo habitual en gran parte del territorio estadounidense, lo que ha reducido la demanda de gas para calefacción. Además, la producción doméstica sigue en niveles elevados gracias al desarrollo de formaciones como Marcellus y Permian, que han consolidado a Estados Unidos como primer productor mundial de gas natural.

A pesar de la holgura en el corto plazo, los expertos advierten que el mercado podría enfrentar volatilidad en los próximos meses. Un invierno más frío de lo esperado o interrupciones en la producción por fenómenos climáticos extremos podrían tensionar de nuevo la oferta. Por otro lado, la creciente demanda de gas natural licuado (GNL) para exportación añade presión estructural sobre el balance del mercado.

En 2025, EE. UU. se ha consolidado como primer exportador global de GNL, con envíos especialmente hacia Europa, que busca reducir su dependencia energética de Rusia tras la guerra en Ucrania. Este factor convierte al gas estadounidense en un activo estratégico y añade un componente geopolítico a lo que tradicionalmente era un mercado doméstico.

El informe de la EIA también refleja cómo el gas natural se ha convertido en un termómetro clave de la transición energética. Si bien sigue siendo una fuente fósil, su papel como respaldo a las energías renovables y como sustituto del carbón lo mantiene en el centro de la estrategia energética estadounidense y global.

En el plano bursátil, las compañías productoras y distribuidoras de gas se mueven al ritmo de estos datos. Mientras algunas firmas ven con optimismo los altos niveles de exportación, otras muestran cautela ante la posibilidad de una caída prolongada de precios que afecte a sus márgenes.

Con los inventarios por encima de la media histórica, el mensaje de esta semana es claro: el mercado entra en el invierno con un colchón sólido, aunque no exento de riesgos. Para los consumidores, la noticia implica cierta estabilidad en los precios de la energía en el corto plazo; para los inversores, un recordatorio de que la volatilidad sigue siendo la norma en un sector cada vez más condicionado por factores globales.