La presidenta del BCE advierte sobre los riesgos externos que siguen acechando a la eurozona

Lagarde enciende las alarmas: “La geopolítica puede frenar el crecimiento europeo y poner en jaque el futuro del euro”

Lagarde enciende las alarmas: “La geopolítica puede frenar el crecimiento europeo y poner en jaque el futuro del euro”

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió este lunes ante el Parlamento Europeo que, pese a cierta estabilización reciente, las tensiones comerciales y geopolíticas continúan siendo una amenaza para el crecimiento de la eurozona. Subrayó además que el papel global del euro “no está garantizado” y pidió avanzar hacia una mayor integración económica y financiera en Europa.

En un momento en que la economía europea intenta consolidar su recuperación, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, lanzó una advertencia clara: los riesgos externos no han desaparecido. Durante su intervención ante el Comité de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Lagarde señaló que, aunque la probabilidad de grandes choques arancelarios se ha reducido gracias a los nuevos acuerdos comerciales, las tensiones geopolíticas siguen representando una fuente importante de incertidumbre para el crecimiento del bloque.

“Los riesgos para el crecimiento económico se han vuelto más equilibrados, ya que la probabilidad de que se materialicen grandes riesgos a la baja relacionados con los aranceles ha disminuido, debido al nuevo acuerdo comercial”, afirmó Lagarde. No obstante, matizó que “las tensiones geopolíticas siguen siendo una gran fuente de incertidumbre”, en alusión a los conflictos que afectan a Europa del Este, Oriente Medio y las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China.

La dirigente del BCE también se refirió al papel internacional del euro, recordando que la moneda común europea sigue siendo la segunda más utilizada en el mundo, después del dólar estadounidense, pero advirtió que esta posición “no está garantizada” ante los cambios en el orden económico global.

Lagarde insistió en que reforzar el papel internacional del euro aportaría beneficios tangibles para la Unión Europea, como menores costes de financiación, una mayor estabilidad frente a la volatilidad cambiaria y una mayor autonomía estratégica en tiempos de crisis. Para lograrlo, propuso profundizar en la integración económica, completar el Mercado Único, desarrollar mercados de capitales más sólidos y promover una financiación conjunta de bienes públicos, entre ellos la defensa y la innovación tecnológica.

“Una Europa más integrada y financieramente fuerte es también una Europa más segura y más influyente en el escenario global”, subrayó. En este sentido, instó a los gobiernos de los países miembros a superar las divisiones políticas y a trabajar de forma coordinada para avanzar en la unión fiscal y financiera, pilares esenciales para sostener la competitividad europea frente a potencias como Estados Unidos y China.

Los analistas interpretan las declaraciones de Lagarde como un mensaje de precaución y responsabilidad ante los desafíos que aún amenazan la estabilidad económica de la eurozona. Pese a las recientes mejoras en los indicadores de inflación y crecimiento, la presidenta del BCE recordó que el contexto internacional sigue marcado por una elevada incertidumbre, conflictos prolongados y la fragmentación de las cadenas de suministro.

En un escenario donde la política monetaria comienza a moderar su ciclo restrictivo, Lagarde reiteró que el BCE mantendrá una vigilancia constante y actuará “con la flexibilidad necesaria” para proteger el crecimiento y la estabilidad financiera.