Barclays eleva ingresos un 9 % y anuncia recompra de 500 millones de libras mientras EE. UU. y Australia sellan alianza clave frente a China

Los ingresos del tercer trimestre de Barclays aumentan un 9% hasta los 7.200 millones de libras - E P A / Y LLUVIA​​​​​​

En una jornada marcada por el fortalecimiento de las alianzas estratégicas en el tablero económico global, Estados Unidos y Australia han dado un paso al frente para asegurar el acceso a minerales críticos esenciales para la transición energética y la industria tecnológica. Paralelamente, Barclays plc presentó resultados sólidos en el tercer trimestre fiscal, con un crecimiento del 9 % en ingresos y un plan de recompra de acciones por 500 millones de libras que busca reforzar la confianza de los inversores.

 

La agenda económica internacional ha vuelto a girar en torno a dos ejes clave: la competencia geopolítica por los recursos estratégicos y la fortaleza del sistema financiero británico en un contexto global incierto.

En el frente geopolítico, Washington y Canberra consolidaron esta semana su alianza en materia de seguridad y suministro de minerales críticos, un acuerdo que pretende reducir la dependencia de China en la cadena de valor de materiales esenciales como el litio, el níquel o las tierras raras. El pacto, enmarcado en la estrategia de cooperación AUKUS, busca impulsar inversiones conjuntas en minería, procesamiento y tecnología limpia. Según la Casa Blanca, el objetivo es “garantizar la resiliencia industrial y la soberanía energética de las democracias aliadas”.

El acuerdo no solo refuerza la posición de Australia como proveedor clave de minerales estratégicos, sino que también amplía la capacidad de Estados Unidos para desarrollar su transición energética sin depender de proveedores chinos. Expertos de la Universidad Nacional Australiana subrayan que el pacto “marca un punto de inflexión en la economía verde global” y podría atraer inversiones superiores a los 10.000 millones de dólares en los próximos tres años.

Mientras tanto, en Londres, Barclays plc presentó sus resultados correspondientes al tercer trimestre fiscal de 2025, mostrando una mejora del 9 % en sus ingresos totales, que ascendieron a 7.200 millones de libras. No obstante, el beneficio después de impuestos retrocedió un 6 %, hasta 1.700 millones, afectado por mayores provisiones y costes regulatorios. El beneficio atribuido cayó un 7 %, situándose en 1.400 millones de libras.

En el acumulado de los primeros nueve meses del ejercicio, el banco registró un sólido avance: los ingresos subieron un 11 %, hasta 22.000 millones, mientras que el beneficio después de impuestos creció un 12 %, alcanzando los 5.700 millones de libras. El beneficio por acción se situó en 35,1 peniques, frente a los 29,3 peniques del mismo periodo de 2024.

El consejero delegado de Barclays, CS Venkatakrishnan, destacó que la entidad adelantará parte de sus planes de distribución de capital con una recompra de acciones de 500 millones de libras y el paso a anuncios trimestrales de recompras. “Nuestra sólida y constante entrega ha sentado las bases para un mayor rendimiento más allá de 2026. Espero compartir nuestros objetivos actualizados para 2028 junto con los resultados del ejercicio 2025”, señaló el ejecutivo.

Analistas del mercado financiero londinense interpretan la decisión como una muestra de confianza en la capacidad de Barclays para sostener su rentabilidad en un entorno de tipos de interés más estables y de creciente competencia global. “La estrategia del banco británico refleja un movimiento prudente: consolidar beneficios en un escenario de desaceleración económica controlada y mantener el atractivo para los accionistas”, apuntó un informe de The Financial Times.

El contraste entre la estabilidad de la banca británica y la reconfiguración de las alianzas estratégicas globales ilustra el nuevo equilibrio económico del siglo XXI: mientras Occidente busca blindar su acceso a recursos esenciales para la industria verde y digital, las grandes entidades financieras refuerzan su posición como pilar de confianza en tiempos de transformación.

Con una Reserva Federal cada vez más cerca de moderar su política monetaria y una Europa que intenta recuperar dinamismo, la solidez de bancos como Barclays y la coordinación estratégica entre Estados Unidos y sus aliados emergen como señales de un orden económico que, aunque en tensión, sigue apostando por la estabilidad y la cooperación.