El rally de los metales preciosos se acelera con el giro monetario

El oro salta por encima de los 4.200 dólares: el mercado ya descuenta un recorte de tipos de la Fed en diciembre

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El precio del oro repunta más de un 1% y supera los 4.200 dólares por onza, impulsado por las crecientes apuestas a que la Reserva Federal recortará los tipos de interés en diciembre. La subida llega tras la reanudación de las negociaciones en el CME, interrumpidas por un problema técnico en su centro de datos, y arrastra también a plata, platino y paladio, que registran fuertes avances en la sesión.

El oro se revaloriza con fuerza al calor de la Fed

El mercado de metales preciosos ha iniciado la sesión del viernes con un claro protagonista: el oro, que avanza en torno a un 1,03% hasta situarse alrededor de los 4.200,37 dólares por onza a las 9:36 hora de Nueva York. El movimiento refleja cómo los inversores están ajustando rápidamente sus carteras ante la expectativa de que la Fed ponga fin al ciclo de endurecimiento monetario y anuncie un primer recorte de tipos en diciembre.

En un contexto de tipos más bajos, el oro suele ganar atractivo frente a la deuda soberana, ya que no ofrece cupón ni rendimiento explícito, pero actúa como activo refugio y reserva de valor. Cuando el rendimiento real de los bonos se modera o cae, el coste de oportunidad de mantener oro disminuye, y los flujos tienden a desplazarse hacia el metal amarillo.

De la lucha contra la inflación al apoyo al crecimiento

El giro de expectativas sobre la política monetaria estadounidense está siendo el principal catalizador del movimiento. Después de meses en los que el discurso oficial se centraba en “mantener los tipos altos el tiempo que sea necesario” para domar la inflación, el mercado interpreta ahora que el banco central podría empezar a priorizar el crecimiento y la estabilidad financiera.

Esa lectura se traduce en:

  • Rendimientos de la deuda más contenidos,

  • Dólar algo menos fuerte frente a otras divisas,

  • Y una renovada búsqueda de refugio y diversificación en activos físicos como el oro.

Para muchos gestores, el metal se convierte así en una forma de cubrir riesgos de cola: un seguro frente a posibles sorpresas negativas en crecimiento, tensiones geopolíticas o episodios de volatilidad financiera.

Plata, platino y paladio se suman al rally

El repunte no se limita al oro. El resto de los metales preciosos acompañan el movimiento con subidas incluso más acusadas en términos porcentuales.

La plata se dispara alrededor de un 3,33%, hasta los 55,17 dólares por onza a las 9:40, apoyada tanto por su papel como “oro del pobre” —activo refugio más accesible— como por su componente industrial, muy ligado a sectores como la electrónica o las energías renovables.

El platino sube aproximadamente un 2,35% y se sitúa en torno a 1.653,84 dólares por onza, mientras que el paladio avanza cerca de un 0,7%, hasta unos 1.431,93 dólares por onza. Ambos metales, clave para la industria automotriz y los sistemas de control de emisiones, se benefician de la mejora del sentimiento de riesgo y de la expectativa de unas condiciones financieras algo más benignas a medio plazo.

Reapertura del CME tras el fallo técnico

Otro elemento que ha marcado la jornada es la reanudación de la operativa en el CME, uno de los principales mercados mundiales de futuros y derivados. La plataforma había tenido que suspender temporalmente las negociaciones por un problema de refrigeración en su centro de datos, lo que obligó a pausar varias referencias, incluidos contratos ligados a metales.

La vuelta a la normalidad ha coincidido con el repunte del oro y del resto de metales preciosos, en un movimiento en el que se mezclan recomposición de posiciones, entrada de nuevo dinero y ajustes técnicos tras la interrupción. El episodio vuelve a recordar hasta qué punto la infraestructura tecnológica es crítica para el funcionamiento de unos mercados cada vez más automatizados y sensibles a cualquier incidencia operativa.

Qué mira ahora el mercado

De cara a las próximas sesiones, los inversores estarán especialmente pendientes de:

  • Los próximos mensajes de la Fed y las pistas sobre el calendario de recortes.

  • La evolución de los rendimientos de la deuda estadounidense a medio y largo plazo.

  • Y los datos macroeconómicos clave —crecimiento, empleo, inflación— que puedan confirmar o cuestionar el cambio de guion que el mercado ya está descontando.

Por ahora, el mensaje que envían los metales preciosos es claro: el mercado empieza a prepararse para un entorno de tipos más bajos y mayor demanda de activos refugio, y el oro vuelve a situarse en el centro de ese movimiento.