Las reservas en Cushing también caen frente a las expectativas del mercado

Las reservas de crudo en EEUU caen en 1,9 millones de barriles y sorprenden a los analistas

EPA/ETIENNE LAURENT

Las reservas de petróleo crudo en Estados Unidos habrían descendido en 1,9 millones de barriles en la semana terminada el 21 de noviembre, según los datos privados del American Petroleum Institute (API). El mercado esperaba un ligero incremento de inventarios, por lo que el dato supone una sorpresa bajista para las reservas, en un contexto marcado por la volatilidad del crudo y las negociaciones de paz en Ucrania.

Las reservas de crudo en Estados Unidos habrían caído en 1,9 millones de barriles durante la semana terminada el 21 de noviembre, según los datos adelantados por el American Petroleum Institute (API). El retroceso supone una sorpresa para el mercado, que esperaba un ligero incremento de inventarios, y vuelve a situar el foco en el equilibrio entre oferta y demanda en el mayor consumidor de petróleo del mundo.

Un descenso que pilla por sorpresa a los analistas

Las cifras del API apuntan a un “draw” en crudo cuando el consenso de analistas anticipaba un pequeño “build”, es decir, un aumento de existencias. Este giro respecto a las previsiones suele interpretarse como una señal de que el mercado físico está algo más tenso de lo que se descontaba, bien por una demanda más firme, bien por un flujo de oferta inferior al esperado hacia los tanques de almacenamiento.

Aunque el informe del API es de carácter privado y oficioso, y los operadores esperan la confirmación oficial de la Energy Information Administration (EIA), la primera reacción del mercado suele apoyarse en estos datos. Una caída de casi dos millones de barriles frente a una previsión de subida introduce un componente adicional de volatilidad en los precios del crudo, ya de por sí condicionados por la geopolítica y las expectativas de tipos de interés.

Gasolina y destilados suben: reequilibrio en los productos refinados

El informe también muestra un comportamiento dispar entre los productos refinados. Las existencias de destilados —que incluyen gasóleo y combustible para calefacción— habrían aumentado en torno a 800.000 barriles. Por su parte, los inventarios de gasolina crecieron en unos 500.000 barriles durante la misma semana.

Este patrón de bajada de crudo y subida de productos puede indicar que las refinerías han operado a un ritmo elevado, transformando petróleo en gasolina y destilados de cara a la temporada de consumo, o que la demanda final todavía no ha absorbido todo el producto que se está generando. Para los analistas, la lectura es matizada: menos crudo almacenado es, en principio, alcista para el precio, pero más stock de gasolina y destilados puede sugerir un consumo algo más moderado de lo previsto.

Cushing, Oklahoma: el termómetro físico del WTI

Otro dato clave del informe es el comportamiento de las reservas en Cushing, Oklahoma, el principal punto de entrega del contrato de WTI. Según el API, los inventarios en Cushing habrían caído en torno a 300.000 barriles en la semana.

Aunque la cifra no es dramática, el hecho de que Cushing registre de nuevo un descenso mantiene a este hub en el radar de los traders. Niveles demasiado bajos pueden generar preocupación por la disponibilidad física de crudo para entrega, mientras que un almacenamiento excesivamente alto suele ejercer presión bajista sobre los precios. Una caída adicional, aunque moderada, refuerza la idea de que no hay una sobreoferta inmediata en el corazón logístico del mercado estadounidense.

Impacto potencial en el precio del petróleo

La combinación de una reducción inesperada en las reservas de crudo y un incremento moderado en gasolina y destilados ofrece una señal mixta al mercado. Por un lado, el “draw” frente a lo esperado respalda la narrativa de un mercado de crudo relativamente ajustado, lo que suele considerarse una noticia ligeramente alcista para las cotizaciones del WTI y el Brent.

Por otro, el aumento de inventarios en productos obliga a vigilar de cerca la evolución del consumo interno en Estados Unidos. Si la acumulación de gasolina y destilados responde a un enfriamiento de la demanda —por desaceleración económica o por efecto de tipos de interés altos—, el soporte que proporciona la caída de reservas de crudo podría ser limitado en el tiempo.

A la espera de la confirmación oficial de la EIA

Como cada semana, los agentes del mercado tendrán ahora la vista puesta en el informe oficial de la EIA, que confirmará o corregirá las cifras adelantadas por el API. Esa publicación suele desencadenar los movimientos más acusados en los precios intradía, ya que es la referencia que usan la mayoría de modelos, bancos y grandes operadores.

En cualquier caso, el dato preliminar de esta semana se suma a un escenario en el que los precios del petróleo se mueven entre dos fuerzas opuestas: la señal de un balance de inventarios menos holgado y la influencia de factores macro y geopolíticos —como las expectativas de recortes de tipos en la Reserva Federal o las noticias sobre las negociaciones de paz en Ucrania—. El resultado es un mercado donde cualquier sorpresa en las reservas, como este descenso de 1,9 millones de barriles, puede inclinar la balanza en cuestión de horas.