El alza del IPC supera las previsiones y añade presión al BCE

Sube la inflación un 2,4% en Alemania, frenando las esperanzas de desinflación

Sube la inflación un 2,4% en Alemania, frenando las esperanzas de desinflación - EPA/CLEMENS BILAN

El pulso inflacionario en Alemania dio un giro en septiembre: el índice general y el armonizado crecieron más de lo anticipado, mientras que la inflación subyacente marcó su nivel más alto en meses. Este repunte altera no solo las expectativas internas alemanas, sino también las de la eurozona y la estrategia de los bancos centrales.

Durante los últimos meses, Alemania parecía transitar por una fase de “desinflación leve”, con tasas más controladas y presiones a la baja en los precios energéticos. Sin embargo, el dato preliminar de septiembre sugiere que ese viento favorable podría estar cediendo terreno. El 2,4 % interanual representa un salto notable frente al 2,1 % del mes anterior en la cifra armonizada, y supera las proyecciones que situaban ese índice en torno al 2,2 %.

El alza no se limitó al indicador general. La inflación subyacente, que elimina las categorías más volátiles como la energía o los alimentos, escaló al 2,8 %, desde el 2,7 % que venía manteniéndose estable durante meses. Ese incremento al alza en la subyacente es un señal de que ciertas dinámicas de demanda o costos internos comienzan a manifestarse con mayor fuerza.

A nivel regional, varios estados alemanes ya mostraban incrementos en sus tasas inflacionarias en septiembre, apuntando a que la tendencia podría confirmarse en todo el país. En Renania del Norte-Westfalia, Baviera y Baja Sajonia, entre otros, se registraron aumentos que anticipaban ese viraje nacional.

El contexto europeo tampoco es ajeno a este cambio. El repunte alemán refuerza predicciones de que la inflación de la eurozona volverá a elevarse ligeramente, posiblemente hacia el 2,2 %, frente al 2,0 % previo.

Este giro tiene implicaciones inmediatas para los responsables de política monetaria. Hasta ahora, el Banco Central Europeo (BCE) había mantenido una postura de cautela, posponiendo recortes de tasa y observando de cerca la evolución del mercado. Pero estos nuevos datos alemanes complican esa estrategia: ¿podría retrasarse un alivio monetario, o incluso abrirse paso a nuevas medidas más restrictivas?

Para las empresas y los consumidores alemanes, este repunte representa un desafío renovado. Sectores vulnerables al encarecimiento, como servicios, alquileres o transporte, podrían ver presión adicional. Además, en un país que exporta ampliamente, los costos internos más altos pueden reflejarse en competitividad hacia el exterior.

En definitiva, lo ocurrido en septiembre marca un punto de inflexión: el esfuerzo por estabilizar los precios se enfrenta ahora al riesgo de reactivación inflacionaria. El dato alemán será observado con lupa en los próximos informes del BCE y en las revisiones de previsiones macroeconómicas.