Deuda récord, inflación y oro en máximos: ¿Europa al borde del colapso?
Europa enfrenta una deuda récord, alta inflación y el oro en máximos. ¿Está al borde del colapso?
Un reciente debate económico en España y en todo el continente europeo ha puesto de manifiesto una creciente preocupación por la fragilidad económica, con expertos advirtiendo contra la complacencia, el aumento de la deuda y el potencial de una nueva crisis financiera. Aunque la tecnología y la inteligencia artificial están abriendo un "superciclo" de innovación, el panorama económico mundial se caracteriza cada vez más por una inflación estructural y políticas fiscales de riesgo.
Daniel Lacalle, economista y anfitrión de "money & markets", expresó su sorpresa ante la decisión de Moody's de rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos, cuestionando el momento de la decisión y sugiriendo problemas económicos subyacentes. Lacalle criticó la "complacencia" de Europa ante los desequilibrios económicos, señalando el "enorme problema fiscal" de Francia y la tendencia de España a seguir un camino similar de aumento del gasto público y los impuestos.
Según Lacalle, este "consenso keynesiano" es aplaudido a pesar de conducir a la inestabilidad económica. Recordó la complacencia inicial de Standard & Poor's con la calificación crediticia de Grecia en 2007, justo antes de su crisis de deuda, y trazó un paralelismo con la situación actual. Advirtió que Alemania también está adoptando políticas fiscales expansivas, repitiendo los errores de Francia y acercándose a un estancamiento similar. La dependencia del gasto público, concluyó Lacalle, conduce en última instancia a la insolvencia, afirmando que, a diferencia de Grecia, Francia y, potencialmente, España pueden ser "irrecuperables".
Durante la mesa redonda, los economistas Diego Parrilla y Gustavo Martínez profundizaron en el actual entorno de mercado. Parrilla describió el auge de la inteligencia artificial y la tecnología como un "súper ciclo" y un posible "cambio de juego", pero advirtió del riesgo de sobrecapacidad y valoraciones infladas, al igual que en la burbuja de las "punto com". También señaló la inflación estructural, alimentada por políticas monetarias y fiscales laxas. Parrilla observó que los bancos centrales están bajando los tipos de interés a pesar del aumento de las expectativas de inflación (por ejemplo, en el Reino Unido), y que los mercados de bonos indican que los recortes de tipos son insostenibles. Describió el mercado actual como positivo y estable en la superficie, pero advirtió de posibles excesos y riesgos crediticios con devaluaciones monetarias.
Martínez coincidió con estas preocupaciones, haciendo hincapié en la continua devaluación de las monedas fiduciarias, ilustrada por el hecho de que los bancos centrales están aumentando sus reservas de oro. Destacó el mejor comportamiento del oro frente al euro y su aproximación al dólar, atribuyéndolo a la previsión de nuevas devaluaciones de las monedas fiduciarias. Martínez también señaló que los múltiplos del mercado de renta variable, como el S&P 500 cotizando a 25 veces los beneficios, se encuentran en máximos históricos, lo que hace que la inversión en el mercado en general sea inherentemente arriesgada. Advirtió que el "crecimiento nominal" de las empresas que no pueden repercutir la inflación de los costes a los consumidores acabará empobreciendo a los accionistas en términos reales.
Lacalle introdujo el concepto de "calorías vacías" en las inversiones, describiendo activos que rinden menos que el mercado en los auges, pero sufren igual en las caídas. Subrayó la importancia de identificar y evitar estos activos para evitar la erosión del capital.
Parrilla abogó por una estrategia de inversión proactiva, afirmando que los inversores "no pueden permitirse el lujo de no invertir" debido al elevado coste de oportunidad de mantener efectivo en un entorno inflacionista. Sugirió que los esfuerzos de los bancos centrales por controlar los tipos de interés (control de la curva de rendimientos) solo acelerarían la inflación. Su estrategia de cartera recomendada consistía en un equilibrio entre "activos ofensivos" (activos reales como la renta variable y los bienes inmuebles, y activos largos de inflación) y "activos defensivos" (volatilidad y coberturas de inflación como el oro). Este enfoque, argumentó, permite a los inversores acumular seguros financieros en periodos de complacencia del mercado (valoraciones elevadas) y monetizarlos durante las crisis para comprar activos baratos.
Martínez reiteró el alto coste de mantener efectivo en un contexto de inflación acelerada. Señaló el oro y la plata (especialmente su infravaloración histórica en comparación con el oro) como inversiones clave, y aconsejó buscar empresas con ratios precio/beneficios bajos (inferiores a 15x o 10x) para evitar un "crecimiento nominal" que no se traduzca en una riqueza real para el accionista.
Lacalle volvió a la carga con el concepto de "calorías vacías", haciendo hincapié en la importancia de identificar el valor real en un entorno inflacionista y pidió recomendaciones sectoriales específicas. En este sentido, Parrilla aclaró que la deflación energética se debe más a la aparición de fuentes de energía más baratas (como el gas natural) que a la caída de los precios del petróleo. Advirtió sobre el "riesgo de base" asociado a la propiedad física de activos (como las minas) debido a factores políticos. Defendió el concepto de "alfa de reequilibrio" y la verdadera diversificación con activos no correlacionados.
Martínez hizo hincapié en el riesgo sistémico que suponen la devaluación de las monedas fiduciarias impulsada por los bancos centrales y la prevalencia de "falsas creencias" en el mercado, que, en su opinión, están conduciendo a otra burbuja de activos, en particular en el sector tecnológico y de la inteligencia artificial. Abogó por los activos reales como protección contra esta situación.
Lacalle concluyó la mesa redonda afirmando que, sin duda, los tipos de interés bajarán, un punto en el que todos los participantes coincidieron. Subrayó la importancia de identificar y evitar las "calorías vacías" en las inversiones.
En un segmento aparte, José Ramón Riera, economista, presentó datos de la Agencia Tributaria española que revelan una recaudación fiscal récord, especialmente en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Este aumento, explicó, se debe en gran medida a que el gobierno no ha deflactado los tramos del impuesto, lo que en la práctica sitúa a los ciudadanos en tramos impositivos más altos a pesar de no haber un aumento real de su poder adquisitivo. Riera criticó el hecho de que el gobierno siga endeudándose (70.000 millones de euros) a pesar de estos ingresos récord, calificando el gasto público de "barbaridad".
El mensaje colectivo de estos expertos es claro: el actual entorno económico exige estrategias de inversión astutas, una profunda conciencia de los retos fiscales de los gobiernos y de la inflación estructural, y un enfoque prudente ante las narrativas de mercado generalizadas. La era del dinero fácil y la complacencia sin límites, advierten, podría estar llegando a su fin, lo que hace necesaria una defensa estratégica de la riqueza real frente a la devaluación de las divisas y la volatilidad del mercado.