Coche chino fracasa al intentar la icónica subida del Range Rover y choca contra la barandilla
La industria automotriz china vive un momento de expansión acelerada. Nuevas marcas nacen cada año y otras buscan competir directamente con firmas históricas de Occidente, especialmente en el segmento de SUV y vehículos eléctricos. Pero esa ambición también conlleva riesgos… y, en este caso, un golpe literal.
La escena ocurrió durante una presentación pública organizada para mostrar las supuestas capacidades todoterreno de un modelo chino recientemente lanzado. El objetivo era claro: recrear la icónica prueba del Range Rover, cuando el vehículo británico subió los 999 escalones de la llamada “Escalera al Cielo” en Tianmen, China, una proeza que se volvió viral en su momento.
Chinese automaker tries recreating the viral Range Rover "Stairway to Heaven" climb, crashes through guardrail
byu/NewSlinger inmildlyinfuriating
Sin embargo, la recreación no era ni remotamente comparable. En lugar de los mil escalones de montaña, la marca preparó una rampa inclinada que buscaba simular el desafío original. El SUV inició la subida ante la mirada del público y las cámaras, pero pocos segundos después el vehículo perdió tracción, se desvió lateralmente y terminó chocando de lleno contra la barandilla metálica, deformándola y frenando en seco el ascenso.
El video, compartido inicialmente por asistentes, llegó a redes como Weibo, X y Reddit, donde se multiplicaron los comentarios entre sorpresa, burla y análisis técnico. Para muchos usuarios, el episodio se convirtió en una metáfora de la estrategia de varias automotrices chinas: reproducir los éxitos occidentales, pero sin igualar todavía su nivel de ingeniería y control de calidad.
El accidente también reavivó un debate siempre presente cuando se habla de “réplicas” chinas en sectores tecnológicos y automotrices. Para algunos, el error es parte del proceso: un intento más dentro de la filosofía de “fracasar rápido, aprender rápido” que ha definido la competencia china en los últimos años. Pero para otros, el choque simbólico es revelador de las limitaciones que aún enfrentan muchos fabricantes locales al intentar medirse con marcas de lujo consolidadas.
La comparación con el Range Rover original surgió de inmediato. En la famosa prueba británica, el vehículo ascendió casi mil escalones con pendiente extrema, clima adverso y un equipo de ingenieros detrás supervisando cada detalle. La ejecución impecable se transformó en una pieza publicitaria histórica. En contraste, la demostración china buscaba capitalizar ese recuerdo sin reproducir ni las condiciones técnicas ni el nivel de preparación.
Más allá de la anécdota, algunos especialistas señalaron problemas evidentes: falta de estabilidad en la plataforma, una rampa con superficie inadecuada, ausencia de guías laterales y una aceleración mal calculada. Todo esto provocó que, ante la primera pérdida de adherencia, el vehículo se desviara sin posibilidad de corrección.
Tampoco faltaron comentarios más irónicos en redes sociales. Desde quienes afirmaban que “al menos no explotó”, hasta quienes relacionaron el episodio con la fama de algunos productos chinos por salir al mercado sin suficiente control de calidad. Otros recordaron que muchas marcas locales han mejorado notablemente en los últimos años y que un accidente no debería eclipsar ese progreso.
Lo cierto es que el video suma millones de visualizaciones y ya circula como ejemplo de cómo no replicar una hazaña viral. La automotriz aún no ha emitido un comunicado oficial, pero internautas chinos y extranjeros coinciden en algo: intentar emular una campaña icónica no es suficiente; se necesita ingeniería, preparación y, sobre todo, seguridad.
El incidente deja una reflexión clara para la industria: en un mercado global cada vez más competitivo, las demostraciones técnicas no solo deben impresionar, sino también funcionar. Y si algo enseña esta fallida “Escalera al Cielo” versión china, es que la línea entre el éxito viral y el desastre público puede ser tan resbaladiza como una rampa mal diseñada.