La IA impulsa la revolución del mercado: auge imparable de coches eléctricos y segunda mano

La inteligencia artificial está revolucionando el mercado automotriz con un auge imparable de los coches eléctricos y la venta de segunda mano que transforma por completo cómo compramos y conducimos

El último episodio de “Desayunos Ruta 2030” de Negocios TV, conducido por Javier de Ulacia y con Francisco García Cervi (director general de Crestanevada) como invitado, dibuja con claridad el cruce de caminos en el que se encuentra el automóvil en España: ayudas públicas para acelerar el vehículo eléctrico, un mercado de ocasión que bate cifras pero envejecido, y un sector que encara una transformación tecnológica y empresarial sin precedentes.

Un dato de impacto: la cuarta convocatoria del PERTE VEC pone en juego 400 millones de euros para reforzar la cadena de valor del vehículo eléctrico y conectado, combinando 250 millones en préstamos reembolsables y 150 millones en subvenciones directas. La señal política es inequívoca: el impulso a la electrificación no se limita a incentivar la compra, sino que pretende consolidar tejido industrial, atraer proyectos y sostener la transición de proveedores y ensambladores en un calendario exigente que conduce a 2035, fecha a partir de la cual no podrán venderse turismos y furgonetas nuevos de combustión en la UE. Ese horizonte, además de acelerar inversión, obliga a las marcas y a su red a gestionar una doble realidad: vender hoy lo que aún demanda el mercado y preparar mañana una oferta y un servicio posventa orientados a mecánicas y software muy diferentes.

En ese contexto, García Cervi aporta una fotografía honesta del vehículo de ocasión. Las ventas superarán previsiblemente los dos millones de unidades, pero el volumen está muy concentrado en coches con más de diez años. La consecuencia es la consolidación de un mercado informal alimentado por la combinación de escasez de stock joven, presión de precios y una ley de garantías que, bienintencionada, ha desplazado parte de las transacciones fuera de los canales profesionales. Aun así, su lectura es optimista: los próximos dos años pueden ser los mejores de los últimos quince para el VO, por la normalización del flujo de vehículos procedentes de renting, la recuperación de fabricaciones y una demanda que busca valor, confianza y previsibilidad en coste total de uso.

Ese punto enlaza con una idea clave del programa: la calidad real del usado. Muchos vehículos con más de 100.000 kilómetros llegan de contratos de renting de un único conductor, con mantenimientos pautados y trazabilidad completa. En la práctica, esos coches pueden presentarse en mejor estado que otros con menos kilómetros, pero uso intensivo, múltiples manos y mantenimientos irregulares. La cuestión ya no es solo kilómetros, sino procedencia, historial y procesos de reacondicionamiento. Aquí la profesionalización marca la diferencia y es donde iniciativas de networking sectorial como “Aevo gastro” buscan sumar: directivos y propietarios compartiendo información, creando sinergias, sondeando integraciones y elevando estándares para competir no solo en precio, también en servicio y confianza.

El debate técnico se completa con un vector transformador: la inteligencia artificial aplicada a todo el ciclo de vida del vehículo. IA para tasar con mayor precisión, estimar averías futuras, optimizar garantías y diseñar mantenimientos personalizados; IA para predecir demanda y rotación de stock; IA para mejorar la experiencia digital del cliente desde la captación hasta la posventa. Sumada a la transición al eléctrico y al coche conectado, el impacto en la posventa será profundo: menos operaciones ligadas a desgaste mecánico clásico, más intervenciones en electrónica, ciberseguridad, actualizaciones OTA y gestión de baterías. Ganarán los operadores capaces de combinar diagnóstico avanzado, formación técnica y una promesa de servicio coherente con lo que el cliente ya experimenta en un coche nuevo.

Crestanevada ejemplifica esa estrategia con un modelo de franquicias y una propuesta de valor que replica certezas del VN: tres años de garantía y mantenimiento, y un posventa reservado a clientes de la casa. No es un matiz menor: enfocarse solo en quienes han comprado allí permite un trato más especializado, mayor control de calidad y una experiencia sin fricciones que alimenta la recurrencia y el boca a boca. En un VO más complejo y competitivo, la garantía extendida ya no es un gancho comercial, sino la expresión tangible de procesos internos, aprovisionamiento disciplinado y gestión del riesgo respaldada por datos.

En suma, la necesidad de alinear incentivos público-privados, profesionalización y propuesta de valor. Las ayudas del PERTE VEC deben convertirse en proyectos industriales medibles; el mercado de ocasión necesita volumen joven y reglas que protejan al consumidor sin expulsar operaciones del canal profesional; y los operadores han de diferenciarse por especialización, transparencia y servicio, no solo por precio. Para el comprador, el mensaje es claro: en un entorno de cambio acelerado, elegir VO con trazabilidad, garantía real y posventa competente puede ser la decisión más racional. Para el sector, el reto es convertir ese razonamiento en estándar y escalarlo con redes, alianzas y herramientas tecnológicas que permitan sostener márgenes y reputación.

Si 2035 marca el final administrativo del motor de combustión en el nuevo, 2025 y 2026 pueden marcar el inicio práctico de un VO más maduro, digital y orientado a servicio. Entre tanto, la televisión económica hace bien en abrir el foco: electrificación, IA, garantías, renting, profesionalización y posventa no son piezas sueltas, sino partes de un mismo engranaje. El que logre sincronizarlas ofrecerá al cliente lo que busca en tiempos de incertidumbre: información clara, riesgo acotado y una experiencia que se parezca lo máximo posible a estrenar coche, aunque no lo sea.