Ferrari se desploma un 11%: el rugido financiero se apaga pese al optimismo en sus cuentas
Las acciones de Ferrari cayeron más de un 11% este jueves tras actualizar sus previsiones para 2025 y 2030. La marca del “cavallino rampante” promete más ingresos, mayores beneficios y un plan de recompra millonario, pero el mercado no compró el relato.
Ni los motores híbridos más potentes pueden evitar un bache en el circuito financiero. Ferrari NV sufrió una caída del 11,45% en bolsa tras publicar una actualización de su guía para los próximos años. La reacción de los inversores sorprendió a los analistas: la compañía elevó sus previsiones de ingresos y beneficios, pero el mercado interpretó los anuncios como señales de cautela ante un entorno global más exigente.
El nuevo pronóstico de Ferrari prevé que los ingresos netos de 2025 superen los 7.100 millones de euros, frente a los 7.000 millones previstos anteriormente. El beneficio por acción ajustado (EPS) también se revisó al alza, de 8,60 a 8,80 euros, mientras que para 2030 se espera alcanzar ventas cercanas a los 9.000 millones de euros y un EPS superior a 11,50 euros. Cifras ambiciosas, sí, pero insuficientes para mantener el entusiasmo de los inversores, que ven un crecimiento más lento del esperado en la segunda mitad de la década.
El mercado castigó el anuncio, empujando la acción hasta los 370,7 euros a mediodía en Europa. Detrás del desplome no hay un deterioro operativo inmediato, sino una lectura más fina: los inversores esperaban una guía más agresiva, especialmente tras los récords de rentabilidad y márgenes de los últimos ejercicios. En un momento en que el lujo automovilístico está migrando hacia la electrificación total, cualquier atisbo de moderación se traduce en corrección bursátil.
A pesar del varapalo, la firma de Maranello anunció movimientos que refuerzan su posición a largo plazo. A partir de los resultados anuales de 2025, Ferrari incrementará el dividendo hasta el 40% del beneficio neto ajustado, lo que supondrá un retorno total de unos 3.500 millones de euros entre 2027 y 2031. Además, la compañía autorizó un programa de recompra de acciones por el mismo importe, que se pondrá en marcha en 2026, una señal clara de confianza en su valor intrínseco.
Sin embargo, el mercado de lujo no vive su mejor momento. Marcas como LVMH o Richemont también han experimentado caídas en los últimos meses ante la ralentización del consumo de alto nivel, sobre todo en China. Ferrari, que depende en parte del apetito de estos compradores, podría verse afectada por la misma tendencia. A ello se suma el reto de electrificar su catálogo sin perder la esencia que la convirtió en mito: el rugido inconfundible de sus motores térmicos.
Los analistas coinciden en que el retroceso puede ser coyuntural. El plan a 2030 de Ferrari contempla el lanzamiento de nuevos modelos híbridos y 100% eléctricos, así como la expansión de su división de experiencias y merchandising, que ya representa una parte creciente de los ingresos. La firma mantiene además una rentabilidad operativa que sigue siendo la envidia del sector, con márgenes superiores al 25%, cifras que pocas automotrices pueden igualar.