Jaguar Land Rover reanudará la producción tras ciberataque
Buenas noticias desde Jaguar Land Rover que retoma poco a poco sus operaciones tras un duro ciberataque que paralizó su producción. Ahora muestra signos claros de recuperación enfocándose en volver a la normalidad muy pronto
Jaguar Land Rover Automotive PLC ha anunciado que comenzará a reactivar parcialmente sus operaciones en los próximos días, tras el ciberataque sufrido a finales de agosto. La automotriz había declarado previamente que la producción permanecería suspendida hasta el 1 de octubre, pero ahora parece que los esfuerzos de recuperación están dando frutos.
El portavoz de la compañía indicó que "seguimos trabajando sin descanso junto con especialistas en ciberseguridad, el Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido (NCSC) y las autoridades para garantizar que la reanudación se realice de manera segura y protegida". Si bien admitió que "aún queda mucho por hacer", subrayó que "el trabajo fundamental para nuestra recuperación está firmemente en marcha".
Este ciberataque paralizó temporalmente las operaciones de la marca, afectando su capacidad de producción y distribución. La noticia llega como un alivio para los empleados, los clientes y los accionistas de la marca, quienes se habían mostrado preocupados por el impacto que esta pausa prolongada podría tener en la cadena de suministro y en los lanzamientos de nuevos modelos.
La medida también pone de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad digital en la industria automotriz, un sector cada vez más vulnerable a ciberamenazas en un contexto de digitalización acelerada y dependencia de sistemas tecnológicos complejos. Con esta reactivación parcial, Jaguar Land Rover da un paso importante hacia la normalización de su producción y operación, aunque los detalles sobre los plazos exactos de recuperación total aún se están afinando.
Este episodio resalta no solo la importancia de la resiliencia cibernética en empresas globales, sino también el impacto potencial de los ataques cibernéticos en sectores clave como el automotriz, que depende de una infraestructura interconectada para sus operaciones diarias.