Lucid Motors ya circula por Madrid en pruebas, el vehículo autónomos y la jugada del fabricante de lujo eléctrico
Lucid Group, Inc., es un fabricante estadounidense de vehículos eléctricos de lujo con sede en Newark, California. Nacida como Atieva en 2007, la empresa se reorientó hacia la construcción de automóviles eléctricos y cambió su nombre en 2016.
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Su primer modelo comercial fue el Lucid Air, un sedán eléctrico de alta gama, con versiones de rendimiento destacadas y capacidades de autonomía líderes. Lucid ha sido reconocida por su eficiencia energética, su sistema de batería avanzada y su diseño interior premium.
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Más recientemente, Lucid ha lanzado su SUV Gravity, cuya producción comenzó en diciembre de 2024 en su fábrica en Arizona. Este modelo complementa la oferta con más espacio, capacidades prácticas para familias y un rango competitivo.
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En su hoja de ruta figura el lanzamiento de un SUV de gama media para 2026, con un precio de partida estimado alrededor de los 50.000 dólares, una jugada ambiciosa para llegar a un público más amplio.
A nivel tecnológico, Lucid ha sido especialmente activo en el desarrollo de funciones de conducción asistida y en su integración con infraestructuras inteligentes:
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En julio de 2025, la compañía anunció que lanzaría una actualización de software para habilitar conducción manos libres en autopistas para sus sedanes Air, lo que representa un avance notable en su sistema de asistencia al manejo.
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También es parte de un ambicioso proyecto conjunto con Uber y Nuro, donde Lucid proveerá vehículos Gravity adaptados para operar como robotaxis de nivel 4, equipados con el sistema autónomo “Nuro Driver”. El objetivo: desplegar más de 20.000 unidades en los próximos años.
Este enfoque convierte a Lucid en algo más que un fabricante de autos eléctricos: es un actor que apuesta por ser parte de la infraestructura de movilidad autónoma del futuro.
En la red linkedin analistas han puesto el foco en una noticia que ha comenzado a generar expectación en el ecosistema tecnológico y automovilístico de España: varios vehículos de Lucid Motors están circulando por calles de Madrid, aparentemente para monitorear la ciudad como parte de pruebas de conducción autónoma. En su publicación en LinkedIn, Corroto expresó que ni siquiera estamos hablando de uno o dos coches discretos: “os puedo asegurar que son más de dos”, añadió, y aventuró que “el vehículo autónomo está mucho más cerca de lo que la gente se puede imaginar”.
Según el analista, estos vehículos podrían estar trabajando bajo contratos con empresas como Uber o Waymo (Google), o incluso vendiendo los datos recogidos a terceros interesados en movilidad inteligente.
Esta afirmación llega en un contexto interesante, porque Lucid Motors ha estado intensificando su apuesta por la autonomía y por modelos disruptivos que combinan lo eléctrico con niveles avanzados de automatización. A continuación, exploramos la hoja de ruta y los retos de la compañía, y lo que estas pruebas podrían implicar para el mercado español y europeo.
Madrid como laboratorio automotriz
Si las afirmaciones de Alejandro Corroto resultan ser ciertas, Madrid podría estar convirtiéndose en uno de los escenarios europeos donde Lucid pone a prueba sus capacidades autónomas. Al mezclar conductores eléctricos de alta gama con sensores, cámaras, algoritmos y redes locales, se pretende simular condiciones reales de tráfico urbano.
Los objetivos de estas pruebas pueden ser múltiples:
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Validación de tecnología local: calibrar sensores, mapas y sistemas de percepción en entornos reales europeos, con semáforos, señales, peatones, ciclistas y condiciones climáticas particulares.
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Prueba de integración de datos urbanos: capturar información de movilidad para alimentar modelos predictivos, optimización de rutas o servicios de movilidad local.
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Networking con actores locales: alianzas con operadores de transporte, autoridades locales, compañías de infraestructura o startups de movilidad urbana.
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Preparación para expansión europea: Lucid ya tiene planes de entrar en mercados como España, Reino Unido, Francia e Italia hacia 2026, por lo que estas pruebas pueden ser una fase preparatoria.
Si Madrid se convierte en un nodo de pruebas, no estaría sola: otros centros europeos como Londres, Múnich o Zúrich también podrían recibir ensayos similares a medida que Lucid expanda su presencia.
Riesgos, retos y expectativas
Este tipo de movimientos siempre entraña incertidumbres. Algunas de las claves a vigilar:
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Regulación local: las pruebas de conducción autónoma requieren permisos específicos, seguros adaptados y coordinación con autoridades de tráfico.
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Aceptación social: aunque la tecnología avanza, muchos ciudadanos siguen desconfiando de los coches que “conducen solos”. La experiencia y la confianza serán factores críticos.
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Competencia tecnificada: empresas como Tesla, Waymo, Cruise y muchas startups de autonomía están también compitiendo en este frente. Lucid necesitará distinguirse en precisión, fiabilidad y escalabilidad.
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Sostenibilidad financiera: Lucid todavía no es rentable como empresa, y sus proyectos requieren grandes inversiones. Su reciente asociación con Uber (300 millones de dólares) apunta a una estrategia de diversificación de ingresos.
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Desarrollo tecnológico: la integración de hardware, software, sensores y aprendizaje continuo es compleja. Los fallos en entornos reales pueden ser costosos, reputacional y operativamente.
Aun con estos retos, las pruebas en Madrid pueden acelerar la estrategia europea de Lucid: afinar su tecnología en entornos reales, hacer alianzas locales y acortar la brecha entre su visión y la puesta en marcha.