Coche Eléctrico

¡Crisis en Nissan! Producción del nuevo LEAF, ¡a la mitad!

La reducción de la producción del nuevo Nissan LEAF es consecuencia de retrasos en las baterías.
La reducción de la producción del nuevo Nissan LEAF es consecuencia de retrasos en las baterías. Conoce cómo afecta al mercado de vehículos eléctricos.

La automotriz japonesa Nissan Motor Co., Ltd. enfrenta un revés en su estrategia eléctrica. Según adelantó el diario Nikkei, la compañía se ha visto obligada a reducir de manera significativa su plan de producción del nuevo LEAF, uno de sus modelos insignia en el segmento de vehículos eléctricos (EV).

Fuentes cercanas al asunto confirmaron que los retrasos en el suministro de baterías obligaron a Nissan a recortar la producción prevista para el período septiembre-noviembre a menos de la mitad de lo inicialmente proyectado. La medida impacta directamente en el lanzamiento del LEAF de tercera generación, presentado en junio como una de las grandes apuestas de la compañía para consolidar su posición en un mercado cada vez más competitivo.

El LEAF, modelo clave en la transición eléctrica

El Nissan LEAF fue pionero entre los vehículos eléctricos de gran escala cuando debutó en 2010, y desde entonces ha sido un referente de la estrategia sostenible de la firma. La tercera generación, revelada hace apenas unos meses, debía marcar un salto tecnológico y de diseño. Su producción estaba prevista tanto en la planta de Tochigi, en Kaminokawa (Japón), como en la factoría de Sunderland, en Inglaterra, reflejando la apuesta de la compañía por atender de manera equilibrada la demanda en Asia y Europa.

Con este recorte, Nissan afronta un desafío importante: garantizar que el lanzamiento no pierda tracción en un momento en que competidores como Tesla, BYD, Hyundai y Volkswagen están acelerando la introducción de nuevos modelos eléctricos.

Problemas en la cadena de suministro

El principal obstáculo proviene de la cadena de suministro de baterías, un componente crítico para la industria del automóvil eléctrico. La escasez global de materiales como el litio, el cobalto y el níquel ha tensionado la producción en todo el sector, y Nissan no ha quedado al margen de esta presión. Los retrasos de sus proveedores han hecho inviable mantener el volumen de fabricación previsto para los próximos meses.

Este contratiempo se suma a las dificultades que ya enfrentan muchas automotrices para equilibrar sus planes de electrificación con una cadena de suministros global todavía vulnerable a disrupciones logísticas y geopolíticas.

Impacto en la estrategia de Nissan

El recorte en la producción del LEAF puede tener implicaciones en la estrategia global de Nissan, que ha presentado su hoja de ruta hacia la electrificación completa en mercados clave antes de 2030. Aunque la compañía no ha ofrecido aún comentarios oficiales sobre la reducción, analistas señalan que podría afectar tanto las proyecciones de ventas como la confianza de los inversores en su capacidad de ejecución.

El nuevo LEAF estaba llamado a reforzar la imagen de Nissan como pionero en movilidad eléctrica, pero la demora en cumplir con los volúmenes prometidos podría abrir espacio a la competencia. Además, en mercados como el europeo, donde las regulaciones sobre emisiones se endurecen progresivamente, cualquier retraso puede traducirse en pérdida de cuota de mercado.

Una batalla de fondo en la industria

La situación de Nissan no es aislada. Fabricantes de todo el mundo están lidiando con el mismo problema: cómo escalar la producción de vehículos eléctricos en un contexto de alta demanda y suministro limitado de baterías. El caso del LEAF pone en evidencia que incluso compañías con experiencia en el sector no están exentas de los cuellos de botella que aún lastran la transición energética.

Perspectivas

En el corto plazo, la prioridad de Nissan será normalizar el suministro de baterías y ajustar su planificación de producción para minimizar retrasos en las entregas. En paralelo, la compañía podría buscar diversificar proveedores o reforzar alianzas estratégicas para asegurar el acceso estable a materiales críticos.

El LEAF sigue siendo una pieza central en la visión de Nissan hacia un futuro eléctrico. Sin embargo, el recorte en la producción demuestra que la transición hacia la movilidad sostenible está lejos de ser un camino lineal: depende tanto de la innovación tecnológica como de la solidez de una cadena de suministro global sometida a una presión sin precedentes.