"Preocupa que Europa no haya sido llamada a la reunión entre Putin, Trump y Xi en China". PORRAS

"Preocupa que Europa no haya sido llamada a la reunión entre Putin, Trump y Xi en China". PORRAS

Javier Porras, Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad a Distancia (UNED): La política exterior del presidente Trump se caracteriza por su impredecibilidad, rompiendo esquemas y adoptando tácticas arriesgadas, como la imposición de aranceles individualizados a estados de la Unión Europea. El auge de China como actor global de primer orden y de los BRICS Plus obliga a mantener relaciones cordiales con Asia, demostrando que las alianzas internacionales no pueden hacerse como antes de 1990. El caso Jeffrey Epstein, aunque doméstico, podría afectar la figura de Trump internacionalmente, pero su impacto en la geopolítica es mínimo. Las decisiones arancelarias de Trump, como las impuestas a partir del 1 de agosto, aunque busquen rédito a corto plazo, son perjudiciales a medio y largo plazo, impactando negativamente a los consumidores. La prudencia de la Unión Europea ante estas medidas es acertada, ya que las políticas arancelarias de Trump fluctúan constantemente. Respecto al conflicto de Rusia y Ucrania, cualquier acercamiento para ponerle fin es bienvenido, aunque preocupa la ausencia de la Unión Europea en mesas de negociación, lo que sugiere una política exterior deficiente. La reunión propuesta entre Moscú, Trump y Xi Jinping en China, antes del aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, busca una solución al conflicto, con China actuando como mediadora interesada en la estabilidad global para proteger su política comercial y la Nueva Ruta de la Seda. Las opciones para el conflicto son la retirada de Rusia, la victoria rusa (poco probable) o un encuentro entre iguales. El apoyo militar del Reino Unido a Ucrania y la presión de la OTAN para comprar armamento estadounidense se consideran estrategias ilógicas, ya que no se explica cómo la adquisición masiva de armas norteamericanas contribuirá a la finalización de la guerra. Finalmente, las críticas de 25 países y el Reino Unido a las acciones de Israel en Gaza y las restricciones a la ayuda humanitaria son rechazadas por el gobierno israelí, que culpa a Hamas de prolongar el conflicto. Sin embargo, el razonamiento de Israel es contradictorio, ya que al culpar a Hamas, le reconoce una personalidad jurídica internacional que previamente le ha negado. La responsabilidad de permitir la ayuda humanitaria recae en Israel.