Amazon acelera su plan para automatizar hasta el 75% de sus operaciones: ¿revolución tecnológica o amenaza laboral?

Imagen representativa de las operaciones automatizadas dentro de almacenes de Amazon con robots en acción.

La automatización en Amazon avanza a paso firme. La compañía proyecta que en la próxima década hasta tres cuartas partes de su actividad logística estará en manos de robots y sistemas de inteligencia artificial. El cambio promete mayor eficiencia, pero podría dejar sin trabajo a cientos de miles de empleados en Estados Unidos y reconfigurar el mercado laboral del país.

Amazon vuelve a situarse en el centro del debate sobre el futuro del trabajo. Según planes internos revelados recientemente, la compañía prevé automatizar alrededor del 75% de sus operaciones logísticas en los próximos años, con impacto directo sobre hasta 600.000 puestos laborales en Estados Unidos antes de 2033.

Lo que para los inversores representa una apuesta estratégica hacia la eficiencia, para millones de trabajadores se perfila como un escenario inquietante.

La automatización como núcleo del modelo de negocio

Desde que Amazon adquirió la compañía de robótica Kiva Systems en 2012, la automatización se ha convertido en una parte esencial de su infraestructura. Los robots ya intervienen en procesos como:

  • selección de productos,

  • movimiento de mercancías,

  • clasificación automatizada,

  • e incluso embalaje.

Este modelo permite ahorros estimados en torno a 30 centavos por unidad procesada. En una empresa que gestiona millones de envíos diarios, el impacto financiero es colosal.

Pero ese ahorro tiene otra cara: la sustitución de mano de obra humana.

De los 1,2 millones de trabajadores que Amazon tiene actualmente en Estados Unidos, alrededor de la mitad podría ver sus funciones reemplazadas, reconfiguradas o directamente eliminadas. Y, según las previsiones, el crecimiento de plantilla —que hoy ronda las 160.000 contrataciones anuales— se reducirá drásticamente a partir de 2027.

Un cambio silencioso… y calculado

Fuentes internas apuntan a que la empresa evita términos como “automatización”, “robots” o “IA” en sus comunicaciones internas. La estrategia lingüística no es casual:

  • minimiza el riesgo de conflictos laborales,

  • evita desgaste de imagen pública,

  • reduce la reacción mediática y sindical antes de que el cambio sea irreversible.

La transformación avanza, pero lo hace debajo del ruido.

Impacto económico: más productividad, más desigualdad

La automatización puede elevar la productividad nacional, reducir costes y aumentar márgenes corporativos. Pero también puede:

  • acelerar el desplazamiento laboral,

  • profundizar la desigualdad socioeconómica,

  • y reducir el poder de negociación de los trabajadores.

A esto se suma un posible efecto contagio:
si Amazon automatiza, sus competidores harán lo mismo para no perder terreno.

La pregunta central es: ¿qué ocurre con quienes quedan fuera del nuevo modelo productivo?

El mercado aplaude. La sociedad observa.

Tras conocerse la hoja de ruta, las acciones de Amazon subieron cerca de un 3%, reflejo de que los inversores ven la automatización como una garantía de crecimiento sostenido.

Sin embargo, lo que es una promesa para Wall Street puede convertirse en una amenaza silenciosa para miles de comunidades dependientes de los almacenes logísticos como fuente clave de empleo.

¿Revolución o disrupción?

La historia económica muestra que cada avance técnico trae ganancias… y pérdidas. La diferencia ahora es la velocidad del cambio.
La automatización ya no es gradual: es estructural.

El desafío no es detener la tecnología —eso es imposible— sino definir qué lugar le damos al trabajador en el nuevo modelo.

  • ¿Habrá programas de formación y reconversión laboral?

  • ¿Habrá medidas para redistribuir el beneficio tecnológico?

  • ¿O asumiremos una economía que avanza, pero no incluye?

La respuesta aún está en construcción.